Así que, al día siguiente fui a coger las reinas, no sin antes echarlas un último vistazo por si las hubieran perdido. Y… ¡Ho, sorpesa! Todas seguían con ellas y las tres habían puesto una buena cantidad de huevos, como una docena cada una.
Parece que han visto venir que el hotel se les acababa y han cambiado de idea

El caso es que siguen con sus alas y cuidando a la prole. Ya están apalabradas y si todo va bien, en poco tiempo cambiarán de lugar. En fin… no tenía muy claro si estaban fecundadas, pero ese día fueron las únicas que vi y como no iba a salir al campo en unos días, decidí obsérvalas y ya veis, ha merecido la pena por varias razones. Una de ellas verlas poniendo huevos aún con alas.
