El procedimiento habitual, retirarles el agua, dejar de humedecerles la tierra, retirarles las tapas que oscurecían por completo el interior y dejarlas a la luz. El otro hormiguero conectado con humedad, tubito con agua, semillas, gammarum y completamente a oscuras.
Una semana después me asomo y cual es mi desazón al comprobar que apenas hay 3 o 4 en el interior, y prácticamente en plan cotillas, dándose un garbeo. Se han limitado a coger semillas, y demás, y pasarselas poco a poco a su hormiguero de tierra. Pero 0 movimiento más en cuanto intención de trasladarse.
Entiendo que, acostumbradas toda su vida a la arena, puede resultarles difícil mudarse al frío metacrilato, pero ¿Se os ocurr algún consejo? ¿Desisto de intentar mudarlas?

La cosa es que ambas colonias van bastante bien, con un buen número de miembros, incluso alguna major y mogollón de huevos, y no quiero acabar perjudicandolas por encabezonarme.