Hace un par de semanas me enviaron dos colonias de Lasius niger de Anthouse. Las dos reinas llegaron bien. Pero a los dos días, una de ellas se me quedó en mitad del tubo de cristal parada, encogida y con las patas cruzadas. Exactamente igual que como se quedan las hormigas cuando mueren. Estuve como media hora mirándola con luz roja y nada, no se movía. Me llevé un pequeño disgusto y empecé a mirar posts sobre hormigas huérfanas en el foro.
La alegría vino al día siguiente, cuando levanto el trapito que cubre el bote, y pongo la luz roja para poder ver las hormigas con tranquilidad, oh sorpresa! Ya no estaba la reina en medio del tubito de cristal. Estaba al lado del algodón rodeada de sus pequeñuelas. Cojo la lupa de 40 aumentos y veo que está en una posición normal y mueve las antenas, las patas y la cabeza, despacio pero con movimientos naturales.
No sé si a alguno de los que lleváis ya tiempo entre hormigas os había pasado esto alguna vez. Me ha parecido curioso y sorprendente. Y con final feliz.
Ya están controladas, pero veo que pueden ser problemáticas. Lo bonito de las Pheidole es que, por lo menos las mías, dan la impresión de ser valientes, confiadas, curiosas y traviesas. Es posible que me manden una reina de Pheidole y así podría por lo menos darles una mamá a las larvas, a las ninfas y a los huevos que dejó la reina muerta. 
Una vez dentro del hormiguero, se iban metiendo dentro del gusano como si fuera una habitación. Son un poco pequeñas, más que las que había visto yo en estado salvaje, pero no tanto como las Pheidole. Y están siempre haciendo algo, o patrullando o cuidando la prole. Además, por lo que parece son resistentes, no necesitan cuidados especiales y parecen prolíficas.