Estas hormigas viven en las zonas templadas y cálidas (estepas, páramos, desiertos...) y claramente termófilas. C. fortis, por ejemplo, es una especialista en recoger los cadáveres de los insectos muertos por el calor. Hay casos donde forrajean a tan elevada tempartura que la comida está disponible sólo para ellas.

Los nidos se ubican bajo tierra, aprovechando así las condiciones aislantes del terreno. En la especie C. bicolor se han medido temperaturas exteriores del terreno de 70 ºC, mientras que en el interior del nido la temperatura a 22 cm de profundidad era de entre 30 y 35 ºC, mientras que a 40 cm. Era prácticamente constante a 30 ºC. Además emplean tácticas de enfriamiento como recubrir las entradas de sus nidos con guijarros, vegetación, trozos de ramas, etc, de modo que capturan el calor de sol aislando al nido. Este comportamiento daría base a las afirmaciones de Plinio y Herodoto de las hormigas mineras de oro de las cercanías de Kabul, al recoger los guijarros de los aluviones de los ríos de la zona, muy ricos en pepitas de oro.

Son eminentemente carroñeras (con excepciones), con unos patrones bien definidos de comportamiento. Forrajean practicamente a lo largo de todo el día, si bien concentran su actividad a lo largo de 2-3 horas, cerrando el nido durante la noche. Presentan un comprtamiento denominado "Orstreue" por los mirmecólogos, que se podría traducir por "especialización espacial de tareas". Esto es, cada hormiga forrajea en una dirección predeterminada, repitiendo el mismo sector en cada uno de sus viajes, realizando del orden de entre 5 y 10 viajes por obrera y día. Este comportamiento se genera de una manera bastante sencilla: las hormigas mantienen un mismo sendero según obtengan comida en ese sector. A mayor porcentaje de recompensas por salida, menor es la probabilidad de cambio de sendero.

Ahora bien, ¿como son capaces las hormigas de acordarse del camino a seguir?. En el caso de C. bicolor se ha demostrado que emplean la memoria visual para guiarse, tomando referencias tanto del terreno como de la posición del sol "leyendo" la luz polarizada, llegando a alejarse hasta 100 metros del nido.

Presentan polietismo temporal clásico, donde las más jovenes cuidan de la prole en el interior de nido y las mayores van asumiendo cada vez más funciones de forrajeo, más peligrosas. En el caso de C. bicolor hasta un 15% de las obreras están forrajenado, donde pueden ser atrapadas por los depredadores. La vida media de estas forrajeadoras es muy baja (de unos 4,2 días) y la esperanza de vida es de unos 6,2 días. Este comportamiento casi suicida se ve recompensado con una gran cantidad de comida conseguida por obrera (entre 15 y 20 veces su peso en comida por obrera).

Dentro del grupo bombycina (no presente en la Península) existe una especialización especial en la defensa, donde las obreras major presentan unas grandes mandíbulas en forma de sable (falcadas) y se encargan de guardar la entrada al nido,sin realizar practicamente ninguna otra tarea.

Dentro del comportamiento social, en este género se ha demostrado que son capaces de diferenciar entre la prole de su nido y la de otros nidos. Este aprendizaje se da en el estado larval y parece tener que ver con el "olor " de la colonia. La fundación de los nidos puede ser bien la clásica de reina fundadora, bien por gemación, donde parte de la colonia se muda a un nuevo nido con una nueva reina. En el caso de C. cursor éste parece ser el único modo. Se ha demostrado además que en esta especie se da la partenogénesis, esto es, las obreras sin fecundar producen huevos de donde salen nuevas obreras. Para varias especies se ha descrito la "fundación parcialmente enclaustrada", donde la reina no alimenta a las larvas con huevos tróficos, sino que sale ella misma a forrajear.

Se han descrito dos especies parásitas, una de C. bicolor: C. hannae, que carece de obreras y habita en el desierto del Sahara y otra de C. stipes: C. zakharovi en Turkmenistan.

El transporte de obreras entre nidos es común en ciertas especies (C. iberica, C. bicolor) y representa una forma de "plasticidad social" muy elvada, al permitir el intercambio entre obreras de diferentes nidos. En el caso de C. iberica, además, se da la circunstancia de que es una especie monogínica, esto es, presenta una sola reina por hormiguero, y éste distribuido en numerosos nidos conectados mediante transporte de obreras.

Se ha demostrado que este género produce señales químicas de alarma, habiéndose identificado el ácido fórmica de la glándula venenosa o el geraniol proveniente de la glándula mandibular.

En el caso de las hormigas del desierto de Norte de África, al verse atacadas por arañas (genero Oxyopis entre las principales depredadoras de estas hormigas), reaccionan cerrando con arena la entrada del nido. Las arañas destapan las entradas a menudo removiendo grano a grano la arena.