Myrmecopoética
Myrmecopoética
Unamuno, Miguel de (1864-1936)
Rosario de sonetos líricos (1911)
HIPOCRESÍA DE LA HORMIGA
Para hipócrita no hay como la hormiga
queriendo hacernos ver como trabaja,
viene y va, vuelve, torna, sube y baja
arrastrando á las veces una miga.
Afán de logro dicen que la hostiga
y que do quiera busca sacar raja
y que deja cantando entre la paja
á la cigarra y que se va á la espiga.
No hagas caso; la miga es la de antaño,
la misma siempre, no más que un achaque
para pasearse con el gesto huraño
del atareado que nos trae en jaque.
De aquel que sabes tal es el amaño:
no hace sino pasear con grave empaque.
Rosario de sonetos líricos (1911)
HIPOCRESÍA DE LA HORMIGA
Para hipócrita no hay como la hormiga
queriendo hacernos ver como trabaja,
viene y va, vuelve, torna, sube y baja
arrastrando á las veces una miga.
Afán de logro dicen que la hostiga
y que do quiera busca sacar raja
y que deja cantando entre la paja
á la cigarra y que se va á la espiga.
No hagas caso; la miga es la de antaño,
la misma siempre, no más que un achaque
para pasearse con el gesto huraño
del atareado que nos trae en jaque.
De aquel que sabes tal es el amaño:
no hace sino pasear con grave empaque.
Por una ciencia de las hormigas crítica, poética y diletante
Blog personal: Historias de hormigas
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Myrmecopoética
Gabriel y Galán, José María (1870-1906)
Nuevas Castellanas (1905).
Las Repúblicas (fragmento)
He admirado el hormiguero
cuando henchían su granero
las innúmeras hormigas.
He observado su tarea
bajo el fuego que caldea
la estación de las espigas.
Esquivando cien alturas
y salvando cien honduras,
las conduce hasta las eras
un sendero largo y hondo
que labraron desde el fondo
de las lóbregas paneras.
Y en hileras numerosas
paralelas, tortuosas,
van y vienen las hormigas...
La vereda es dura y larga,
pesadísima la carga
y axfisiantes las fatigas;
mas la activa muchedumbre
sobre el hálito de lumbre
que la tierra reverbera,
senda arriba y senda abajo,
se embriaga en el trabajo
que le colma la panera.
Son comunes los quehaceres,
son iguales los deberes,
los derechos son iguales,
armoniosa la energía,
generosa la porfía,
los amores fraternales.
Si rendida alguna obrera
por avara no subiera
con la carga la alta loma,
la hermanita más cercana,
con amor de buena hermana,
la mitad del peso toma.
Nadie huelga ni vocea,
nadie injuria ni guerrea,
nadie manda ni obedece,
nadie asalta el gran tesoro,
nadie encienta el grano de oro
que al tesoro pertenece...
He observado el hervidero
del innúmero hormiguero
en sus horas de fatigas...
Si en los ocios invernales
sus costumbres son iguales
¡son muy sabias las hormigas!
Nuevas Castellanas (1905).
Las Repúblicas (fragmento)
He admirado el hormiguero
cuando henchían su granero
las innúmeras hormigas.
He observado su tarea
bajo el fuego que caldea
la estación de las espigas.
Esquivando cien alturas
y salvando cien honduras,
las conduce hasta las eras
un sendero largo y hondo
que labraron desde el fondo
de las lóbregas paneras.
Y en hileras numerosas
paralelas, tortuosas,
van y vienen las hormigas...
La vereda es dura y larga,
pesadísima la carga
y axfisiantes las fatigas;
mas la activa muchedumbre
sobre el hálito de lumbre
que la tierra reverbera,
senda arriba y senda abajo,
se embriaga en el trabajo
que le colma la panera.
Son comunes los quehaceres,
son iguales los deberes,
los derechos son iguales,
armoniosa la energía,
generosa la porfía,
los amores fraternales.
Si rendida alguna obrera
por avara no subiera
con la carga la alta loma,
la hermanita más cercana,
con amor de buena hermana,
la mitad del peso toma.
Nadie huelga ni vocea,
nadie injuria ni guerrea,
nadie manda ni obedece,
nadie asalta el gran tesoro,
nadie encienta el grano de oro
que al tesoro pertenece...
He observado el hervidero
del innúmero hormiguero
en sus horas de fatigas...
Si en los ocios invernales
sus costumbres son iguales
¡son muy sabias las hormigas!
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Myrmecopoética
Zúñiga y Tejeda, Arcadio (México, 1858-1892)
Versos (1892)
Versos (1892)
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- AlvaroGE
- Reina
- Mensajes: 1076
- Registrado: 16 Oct 2007 00:03
- Ubicación: En un lugar de Segovia de cuyo nombre no quiero acordarme...
Myrmecopoética
Bonita fabula ^^, me ha animado volver a leer algo en este tema.
Gracias, sigue así ^^
Gracias, sigue así ^^
El hombre siempre ha mirado hacia el cielo, queriendo saber que hay mas allá. Nosotros miramos al suelo, y hemos encontrado mucho mas de lo que el hombre encontrará mirando hacia arriba.
Myrmecopoética
Me alegro que te guste, AlvaroGE.
[Mi buen amigo y curiosísimo naturalista y bibliófilo, Julián Hontanilla, me ha hecho llegar por carta este soneto de Carlos de Montero, escritor de la primera mitad del siglo XX]
Carlos de Montero
República Zoológica, Reinos Vegetal y Mineral (c. 1914)
LA HORMIGA
Es digna de admirar por lo chiquita,
por lo honesta y lo muy trabajadora,
pequeño insecto que a la clase honora
aun no siendo vistosa ni bonita.
Activa, inteligente, se ejercita
todo el verano a fuer de previsora,
en surtir su despensa, y ni una hora
en todo el día a su trabajo quita.
De ella han tomado ejemplo ciertos entes,
no para trabajar como Dios manda,
sino para llevarse diligentes
A su casa hasta el bombo de la banda
aun sin ser en tocarlo competentes,
porque su afán de pesca lo demanda.
[Mi buen amigo y curiosísimo naturalista y bibliófilo, Julián Hontanilla, me ha hecho llegar por carta este soneto de Carlos de Montero, escritor de la primera mitad del siglo XX]
Carlos de Montero
República Zoológica, Reinos Vegetal y Mineral (c. 1914)
LA HORMIGA
Es digna de admirar por lo chiquita,
por lo honesta y lo muy trabajadora,
pequeño insecto que a la clase honora
aun no siendo vistosa ni bonita.
Activa, inteligente, se ejercita
todo el verano a fuer de previsora,
en surtir su despensa, y ni una hora
en todo el día a su trabajo quita.
De ella han tomado ejemplo ciertos entes,
no para trabajar como Dios manda,
sino para llevarse diligentes
A su casa hasta el bombo de la banda
aun sin ser en tocarlo competentes,
porque su afán de pesca lo demanda.
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Myrmecopoética
Arenal, Concepción (1820-1893)
Fábulas en verso originales (1851)
EL GORRIÓN Y LA HORMIGA
Iba un día cierta hormiga
Del verano en lo más recio,
Sudando a más y mejor,
Camino de su granero.
Salió al paso y la detuvo
Un gorrión muy atento,
Haciendo una cortesía
Cual pudiera un palaciego.
Ella fría contestóle
Fundada, a lo que yo creo,
De previsora en la fama
Que goza en el mundo entero.
Se acercó el pájaro más
Y dijo en sumiso acento:
"Yo voy, señora, a pediros
Un favor de mucho precio,
Y a su valor será igual
Mi gratitud y respeto.
Único, hermoso, querido,
Muy joven un hijo tengo
Y quisiera educación
Darle mejor que me dieron.
Sé que debiera enseñarle
Yo mismo con el ejemplo,
Mas criéme en el desorden
Y reformarme no puedo.
Para corregir sus vicios
Halla poca fuerza un viejo,
Pero el rapaz no los tiene
Ni inveterados defectos;
Y al ver vuestra economía,
Vuestra exactitud y arreglo,
Y que, de previsión tanta,
Por fruto debido y cierto
Tenéis la misma abundancia
En Agosto que en Enero,
Mientras el hambre devora
A todos sus compañeros
Que a centenares perecen
Si es riguroso el invierno,
Comprenderá cuánto importa
Ser parco en el alimento.
Si quisieras enseñarle
Su apetito conteniendo,
Con un año de lecciones
Y acaso, acaso con menos,
Llegará tal vez a ser
Un gorrión de provecho.
En cuanto a los honorarios
No dudéis que será el premio
Proporcionado al servicio
Que yo más que nadie precio".
Quiso excusarse la hormiga
Con mil frívolos pretextos
Que el pájaro con razones
Echaba por tierra luego,
Hasta que al fin acosada
Díjole claro: "No quiero".
Impelido el gorrión
Por el cariño paterno,
Escuchando la repulsa
Irritóse hasta el extremo
De amenazar con la muerte
Al desventurado insecto.
Ella, al verle tan furioso,
Toda temblando de miedo,
Con tono humilde y contrito
Echóse a sus pies diciendo:
"¡Piedad, señor! Yo disfruto
La fama que no merezco;
Yo no guardo en el verano
Víveres para el invierno,
Que paso como dormida
En profundísimo sueño;
Y he aquí por qué los rigores
Nunca del hambre padezco".
Admiróse el gorrión
Del revelado secreto,
Y aunque le pareció ver
En su energía y acento
El aire de la verdad,
Quedóse un tanto perplejo;
Lo cual notado que fue
Por el afligido insecto
Dijo: "Si por el temor
Habéis creído que miento,
Un sabio naturalista
Que vive de aquí no lejos,
Decir puede sobre el caso
Lo que haya de falso o cierto”.
Parecióle al gorrión
Muy razonable aquel medio,
Y buscó al naturalista
Y hallóle, por dicha, luego.
Díjole en cuatro palabras
De educación su proyecto,
Las excusas de la hormiga,
Sus dudas y sus deseos.
El sabio le respondió:
"Dice verdad el insecto”.
"Pero, señor, todo el mundo
Piensa al revés”. "Ya lo creo.
Un hombre con ojos sanos
Ve más que un millón de ciegos.
Como juzgar quieren todos
Y el observar es molesto,
A salga lo que saliere,
Hora a diestro, hora a siniestro,
Al prójimo le atribuyen
Cualidades o defectos,
Deprimiendo la virtud
O quemando al vicio incienso.
Y este mal, que ya es antiguo,
Tiene difícil remedio
Si no adquieren propia voz
Los hombres que ahora son ecos”.
Despidióse el gorrión
Cabizbajo al oír esto,
Y cuando estuvo a sus solas
Dijo para su coleto:
"Así de prudente y grave
Fama se adquiere y provecho.
¡Así se juzgan las cosas!
¡Pues, señor, estamos frescos!
Según me ha dicho este hombre
Que parece hombre de seso,
En el mundo se equivoca
Lo blanco con lo que es negro.
Y si persisto en buscar
Mentor a mi rapazuelo
He de hallar muchas virtudes
Como ésta del hormiguero”.
Fábulas en verso originales (1851)
EL GORRIÓN Y LA HORMIGA
Iba un día cierta hormiga
Del verano en lo más recio,
Sudando a más y mejor,
Camino de su granero.
Salió al paso y la detuvo
Un gorrión muy atento,
Haciendo una cortesía
Cual pudiera un palaciego.
Ella fría contestóle
Fundada, a lo que yo creo,
De previsora en la fama
Que goza en el mundo entero.
Se acercó el pájaro más
Y dijo en sumiso acento:
"Yo voy, señora, a pediros
Un favor de mucho precio,
Y a su valor será igual
Mi gratitud y respeto.
Único, hermoso, querido,
Muy joven un hijo tengo
Y quisiera educación
Darle mejor que me dieron.
Sé que debiera enseñarle
Yo mismo con el ejemplo,
Mas criéme en el desorden
Y reformarme no puedo.
Para corregir sus vicios
Halla poca fuerza un viejo,
Pero el rapaz no los tiene
Ni inveterados defectos;
Y al ver vuestra economía,
Vuestra exactitud y arreglo,
Y que, de previsión tanta,
Por fruto debido y cierto
Tenéis la misma abundancia
En Agosto que en Enero,
Mientras el hambre devora
A todos sus compañeros
Que a centenares perecen
Si es riguroso el invierno,
Comprenderá cuánto importa
Ser parco en el alimento.
Si quisieras enseñarle
Su apetito conteniendo,
Con un año de lecciones
Y acaso, acaso con menos,
Llegará tal vez a ser
Un gorrión de provecho.
En cuanto a los honorarios
No dudéis que será el premio
Proporcionado al servicio
Que yo más que nadie precio".
Quiso excusarse la hormiga
Con mil frívolos pretextos
Que el pájaro con razones
Echaba por tierra luego,
Hasta que al fin acosada
Díjole claro: "No quiero".
Impelido el gorrión
Por el cariño paterno,
Escuchando la repulsa
Irritóse hasta el extremo
De amenazar con la muerte
Al desventurado insecto.
Ella, al verle tan furioso,
Toda temblando de miedo,
Con tono humilde y contrito
Echóse a sus pies diciendo:
"¡Piedad, señor! Yo disfruto
La fama que no merezco;
Yo no guardo en el verano
Víveres para el invierno,
Que paso como dormida
En profundísimo sueño;
Y he aquí por qué los rigores
Nunca del hambre padezco".
Admiróse el gorrión
Del revelado secreto,
Y aunque le pareció ver
En su energía y acento
El aire de la verdad,
Quedóse un tanto perplejo;
Lo cual notado que fue
Por el afligido insecto
Dijo: "Si por el temor
Habéis creído que miento,
Un sabio naturalista
Que vive de aquí no lejos,
Decir puede sobre el caso
Lo que haya de falso o cierto”.
Parecióle al gorrión
Muy razonable aquel medio,
Y buscó al naturalista
Y hallóle, por dicha, luego.
Díjole en cuatro palabras
De educación su proyecto,
Las excusas de la hormiga,
Sus dudas y sus deseos.
El sabio le respondió:
"Dice verdad el insecto”.
"Pero, señor, todo el mundo
Piensa al revés”. "Ya lo creo.
Un hombre con ojos sanos
Ve más que un millón de ciegos.
Como juzgar quieren todos
Y el observar es molesto,
A salga lo que saliere,
Hora a diestro, hora a siniestro,
Al prójimo le atribuyen
Cualidades o defectos,
Deprimiendo la virtud
O quemando al vicio incienso.
Y este mal, que ya es antiguo,
Tiene difícil remedio
Si no adquieren propia voz
Los hombres que ahora son ecos”.
Despidióse el gorrión
Cabizbajo al oír esto,
Y cuando estuvo a sus solas
Dijo para su coleto:
"Así de prudente y grave
Fama se adquiere y provecho.
¡Así se juzgan las cosas!
¡Pues, señor, estamos frescos!
Según me ha dicho este hombre
Que parece hombre de seso,
En el mundo se equivoca
Lo blanco con lo que es negro.
Y si persisto en buscar
Mentor a mi rapazuelo
He de hallar muchas virtudes
Como ésta del hormiguero”.
Por una ciencia de las hormigas crítica, poética y diletante
Blog personal: Historias de hormigas
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Myrmecopoética
lees una y quieres leer mas jejeje , estan todas muy bien, gracias por compartirlas josemary
Mis diarios:
Hormigas:
Mis Camponotus aethiops Diario cerrado
Mis Messor barbarus
Mis Pheidole pallidula
Mis Camponotus micans
Termitas:
Mis Termitas (Reticulitermes grassei)
Hormigas:
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Mis Messor barbarus
Mis Pheidole pallidula
Mis Camponotus micans
Termitas:
Mis Termitas (Reticulitermes grassei)
Myrmecopoética
Totalmente de acuerdo con insect@nt, son muy bonitas, gracias josemary
No tengo talentos especiales, pero sí soy profundamente curioso. (Albert Einstein)
Siento menos curiosidad por la gente y más curiosidad por las ideas. (Marie Curie)
Diario de lasius, cremas y temnos // Comentarios
Diario de Messor Barbarus // Comentarios
Siento menos curiosidad por la gente y más curiosidad por las ideas. (Marie Curie)
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Myrmecopoética
[Saludos a insect@nt e lra58mos. Me alegra que os gusten estas cosas literarias]
Berejia Ha Nakdán (siglo XII)
Mishlé Shualim
LA AVISPA Y LA HORMIGA
La avispa fue a pedir comida a la hormiga, porque no tenía para el invierno. La hormiga le dio la espalda y, burlándose de ella, le dijo: “En los días de la cosecha dormías, y no preparaste comida para el invierno, eres insensata y por eso no te dejaré hablar. ¿Qué hiciste durante la cosecha cuando había abundancia de comida? ¿Qué hiciste cuando todos salieron a recoger alimentos y prepararse para el invierno? Buscaste excusas para no trabajar. El que quiere juntar trigo tiene que cosechar y esforzarse como yo lo he hecho. Yo cargué el trigo sobre mis hombros, y me preparé para pasar el invierno”. La avispa le contestó: “En el verano, cuando las carretas estaban llenas de trigo, yo aprendí a cantar una bonita canción junto con mis amigos, dejé a un lado penas y tristezas porque las canciones eran muy hermosas, y todos me decían que tengo una voz muy bella. Pero ahora estoy muerta de hambre y de frío, y no sé qué hacer”. Le dijo la hormiga: “Ahora nadie te salvará, aprendiste a cantar, tienes una hermosa voz, canta entonces y llena con eso tu alma hambrienta; y, si buscas una vida fácil y cómoda, ve a casa de un hombre rico y cántale tu canción. No soporto lo que has dicho. Vete de aquí. Todos te detestan. Yo soy pequeña y no tengo fuerzas, pero, aun así, recolecté todo lo que necesitaba en mi casa. Mi sabiduría es mía. No podrás sobrevivir sólo de tus canciones en los días de invierno, porque el ocio y la pereza siempre generan pobreza”.
LA HORMIGA Y EL RATÓN
Una hormiga que estaba reuniendo comida y trigo durante el verano, con mucho esfuerzo, descubrió a unos ratones que estaban juntando una gran cantidad de trigo y cebada y llevándola a sus ratoneras. Acusó a uno de ellos de robarle su alimento y, muy enfadada, empezó a discutir amenazándolos a él y a sus compañeros. La hormiga le amonestó diciendo: “¿Cómo os atrevéis a hacerme esto? ¿Por qué os son indiferentes mi enojo y mi furia? ¡Porque soy una simple hormiga! ¡Pero yo soy soberana y reina de mí misma! No tengo dueño ni señor. ¡Me vengaré! ¡No hay superior a mí entre todos los insectos! Habéis despertado mi furia, ¿cómo os atrevéis a llevaros mis granos de trigo?”.
A esto le contestó el ratón: “¡El trigo es mío! ¿por qué me censuras, detestable insecto? ¿Crees que podrás pelear conmigo? ¡Déjame en paz y no me molestes más! No me asustan tus amenazas, y continuaré comiendo trigo. Hay mucho, y a nadie le faltará alimento”. Entonces la hormiga convocó a todas sus compañeras y las mandó a luchar contra los ratones que robaban sus granos de trigo, contándoles lo ocurrido y diciendo: “Yo trabajo con gran esfuerzo para recolectar comida. Los ratones son crueles y odiosos, y me presionan continuamente, juntan todo el trigo y la cebada y causan daños a la cosecha como pequeños zorros. Peleemos con ellos y venzámoslos”. Las otras hormigas la escucharon, y hasta los gatos se sumaron a la batalla contra los ratones. Las hormigas penetraron en las madrigueras de los ratones y los picaron en el lomo, como hacen las abejas. Estos últimos salieron corriendo de sus orificios, las hormigas les robaron el trigo y los gatos se los comieron. Y, de esta forma, las hormigas pudieron vencer a sus enemigos. Las hormigas, que no son fuertes pero sí bravas, acabaron con los ratones, que no han vuelto a ese lugar hasta el día de hoy.
Berejia Ha Nakdán (siglo XII)
Mishlé Shualim
LA AVISPA Y LA HORMIGA
La avispa fue a pedir comida a la hormiga, porque no tenía para el invierno. La hormiga le dio la espalda y, burlándose de ella, le dijo: “En los días de la cosecha dormías, y no preparaste comida para el invierno, eres insensata y por eso no te dejaré hablar. ¿Qué hiciste durante la cosecha cuando había abundancia de comida? ¿Qué hiciste cuando todos salieron a recoger alimentos y prepararse para el invierno? Buscaste excusas para no trabajar. El que quiere juntar trigo tiene que cosechar y esforzarse como yo lo he hecho. Yo cargué el trigo sobre mis hombros, y me preparé para pasar el invierno”. La avispa le contestó: “En el verano, cuando las carretas estaban llenas de trigo, yo aprendí a cantar una bonita canción junto con mis amigos, dejé a un lado penas y tristezas porque las canciones eran muy hermosas, y todos me decían que tengo una voz muy bella. Pero ahora estoy muerta de hambre y de frío, y no sé qué hacer”. Le dijo la hormiga: “Ahora nadie te salvará, aprendiste a cantar, tienes una hermosa voz, canta entonces y llena con eso tu alma hambrienta; y, si buscas una vida fácil y cómoda, ve a casa de un hombre rico y cántale tu canción. No soporto lo que has dicho. Vete de aquí. Todos te detestan. Yo soy pequeña y no tengo fuerzas, pero, aun así, recolecté todo lo que necesitaba en mi casa. Mi sabiduría es mía. No podrás sobrevivir sólo de tus canciones en los días de invierno, porque el ocio y la pereza siempre generan pobreza”.
LA HORMIGA Y EL RATÓN
Una hormiga que estaba reuniendo comida y trigo durante el verano, con mucho esfuerzo, descubrió a unos ratones que estaban juntando una gran cantidad de trigo y cebada y llevándola a sus ratoneras. Acusó a uno de ellos de robarle su alimento y, muy enfadada, empezó a discutir amenazándolos a él y a sus compañeros. La hormiga le amonestó diciendo: “¿Cómo os atrevéis a hacerme esto? ¿Por qué os son indiferentes mi enojo y mi furia? ¡Porque soy una simple hormiga! ¡Pero yo soy soberana y reina de mí misma! No tengo dueño ni señor. ¡Me vengaré! ¡No hay superior a mí entre todos los insectos! Habéis despertado mi furia, ¿cómo os atrevéis a llevaros mis granos de trigo?”.
A esto le contestó el ratón: “¡El trigo es mío! ¿por qué me censuras, detestable insecto? ¿Crees que podrás pelear conmigo? ¡Déjame en paz y no me molestes más! No me asustan tus amenazas, y continuaré comiendo trigo. Hay mucho, y a nadie le faltará alimento”. Entonces la hormiga convocó a todas sus compañeras y las mandó a luchar contra los ratones que robaban sus granos de trigo, contándoles lo ocurrido y diciendo: “Yo trabajo con gran esfuerzo para recolectar comida. Los ratones son crueles y odiosos, y me presionan continuamente, juntan todo el trigo y la cebada y causan daños a la cosecha como pequeños zorros. Peleemos con ellos y venzámoslos”. Las otras hormigas la escucharon, y hasta los gatos se sumaron a la batalla contra los ratones. Las hormigas penetraron en las madrigueras de los ratones y los picaron en el lomo, como hacen las abejas. Estos últimos salieron corriendo de sus orificios, las hormigas les robaron el trigo y los gatos se los comieron. Y, de esta forma, las hormigas pudieron vencer a sus enemigos. Las hormigas, que no son fuertes pero sí bravas, acabaron con los ratones, que no han vuelto a ese lugar hasta el día de hoy.
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Myrmecopoética
como ya dije antes lees una y quieres leer mas
Mis diarios:
Hormigas:
Mis Camponotus aethiops Diario cerrado
Mis Messor barbarus
Mis Pheidole pallidula
Mis Camponotus micans
Termitas:
Mis Termitas (Reticulitermes grassei)
Hormigas:
Mis Camponotus aethiops Diario cerrado
Mis Messor barbarus
Mis Pheidole pallidula
Mis Camponotus micans
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Mis Termitas (Reticulitermes grassei)
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me encantan
No tengo talentos especiales, pero sí soy profundamente curioso. (Albert Einstein)
Siento menos curiosidad por la gente y más curiosidad por las ideas. (Marie Curie)
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Myrmecopoética
Correo Literario de Murcia, nº 285 (1795)
LA HORMIGA CON ALAS
Preguntele a mi abuela
que por qué se decía
por su mal le salieron
las alas a la hormiga,
y me dio la respuesta
con esta fabulilla.
Viendo cómo las aves
veloces discurrían
vagando por el aire
y envidiando esta dicha
la hormiga afanadora
a Júpiter decía:
“Gran Dios, ¿por qué me diste
tanto afán y codicia
si mi paso tardío
mi afán inutiliza?
Dame, dame alas,
porque veloz y activa
conduzca a mis graneros
el fruto de la espiga
juntando a poca costa
riquezas infinitas”.
Oyó el Dios y, al instante
en ave convertida,
saltó la hormiga al aire,
mas ¡ay¡ la golondrina
la arrebató ligera.
Y por esto en Castilla
se dice comúnmente
cuando un necio se obstina
en alzarse a mayores
sin ver cuánto peligra
quien sale de la esfera
para que Dios le cría:
por su mal le nacieron
las alas a la hormiga
*****
Pisón y Vargas, Ramón de
Fábulas originales en verso castellano (1819)
LA HORMIGA CON ALAS
Una Hormiga deslumbrada
por alas se desvivía;
las tuvo, y con osadía
se remontó acelerada.
Vióla un Vencejo, y se agrada
del insecto volador;
y por gozarle mejor
le dió en su buche clausura.
Quien se presenta en altura
se expone á riesgo mayor
LA HORMIGA CON ALAS
Preguntele a mi abuela
que por qué se decía
por su mal le salieron
las alas a la hormiga,
y me dio la respuesta
con esta fabulilla.
Viendo cómo las aves
veloces discurrían
vagando por el aire
y envidiando esta dicha
la hormiga afanadora
a Júpiter decía:
“Gran Dios, ¿por qué me diste
tanto afán y codicia
si mi paso tardío
mi afán inutiliza?
Dame, dame alas,
porque veloz y activa
conduzca a mis graneros
el fruto de la espiga
juntando a poca costa
riquezas infinitas”.
Oyó el Dios y, al instante
en ave convertida,
saltó la hormiga al aire,
mas ¡ay¡ la golondrina
la arrebató ligera.
Y por esto en Castilla
se dice comúnmente
cuando un necio se obstina
en alzarse a mayores
sin ver cuánto peligra
quien sale de la esfera
para que Dios le cría:
por su mal le nacieron
las alas a la hormiga
*****
Pisón y Vargas, Ramón de
Fábulas originales en verso castellano (1819)
LA HORMIGA CON ALAS
Una Hormiga deslumbrada
por alas se desvivía;
las tuvo, y con osadía
se remontó acelerada.
Vióla un Vencejo, y se agrada
del insecto volador;
y por gozarle mejor
le dió en su buche clausura.
Quien se presenta en altura
se expone á riesgo mayor
Por una ciencia de las hormigas crítica, poética y diletante
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Myrmecopoética
, cada vez traes mas myermecopoética al foro
Mis diarios:
Hormigas:
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Termitas:
Mis Termitas (Reticulitermes grassei)
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Mis Pheidole pallidula
Mis Camponotus micans
Termitas:
Mis Termitas (Reticulitermes grassei)
Myrmecopoética
Son todas geniales . Gracias por ponerlas y contribuir tanto a la cultura del foro . Cosas cómo estas son las que hacen que este foro sea diferente a los demás. .
Saludos de Lynus .
"No acepte la chovinística afirmación que etiqueta nuestra era como la edad de los mamíferos. Es la era de los artrópodos. Ellos nos sobrepasan en todos los aspectos, en número de especies, en número de individuos y en expectativas de continuidad evolutiva." Stephen Jay Gould, 1988
Messor barbarus
Diario y Comentarios
Linepithema humile
Diario y Comentarios
"No acepte la chovinística afirmación que etiqueta nuestra era como la edad de los mamíferos. Es la era de los artrópodos. Ellos nos sobrepasan en todos los aspectos, en número de especies, en número de individuos y en expectativas de continuidad evolutiva." Stephen Jay Gould, 1988
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Myrmecopoética
[Gracias Lynus, un saludo]
Curioseando en la obra del gran polígrafo Menéndez Pelayo, vine a saber que Fernán Pérez de Oliva (c 1494-1533), humanista, ingeniero y rector de la Universidad de Salamanca, había escrito un Enigma de la hormiga. Se trataba de una “estancia” o estrofa de versos endecasílabos y heptasílabos. Por fin di con ella en el libro compilatorio Obras del maestro Fernán Pérez de Oliva, con algunas de Ambrosio de Morales, sobrino suyo (Córdoba, 1586). Ambrosio de Morales (1513-1591), historiador y sobrino de Pérez de Oliva, añadió al poema dos estancias más.
Sin duda, estamos ante uno de los primeros poemas españoles dedicados a la hormiga. La estrofa de Pérez de Oliva resulta tétrica, con una imagen negativa de la hormiga (muy distinta de la visión ejemplarizante que nos proporcionan los clásicos grecolatinos). Las dos estrofas de Ambrosio de Morales aluden a los vuelos nupciales de las hormigas, que terminan siendo capturadas por los pájaros (eco del centenario refrán Por su mal nacieron alas a la hormiga, que comenté en Sobre un refrán de hormigas aladas en El Quijote de Miguel de Cervantes). Transcribo a continuación el poema, con adaptación ortográfica.
Enigma de la hormiga
Cantemos los hechos y horrible figura
de una fiera por sabia estimada,
que sale a robar de su sepultura,
do viva primero yacía enterrada.
Imagen de muerte parece mirada,
trae los huesos de carne desnudos,
tiene seis manos de fuerza extremada,
y más en la boca dos garfios agudos.
*****
Cuando los campos pagan tributo
a quien en ellos las fuerzas emplea,
y el labrador con el nuevo fruto
el largo trabajo pasado recrea,
do pueda hacer sus hurtos seguros,
no le obstan paredes, ni fuerzas de muros,
ni grueso candado, por fuerte que sea.
Con estos sus hurtos mantiene la vida
que viene a acabar con áspera muerte,
cuando la forma primera perdida,
en ave que vuela se trueca y convierte.
Entonces las aves conciben muy fuerte
ira por ver la bestia volar,
y a furia la matan: así que su suerte
no fue venturosa en alas tomar.
Curioseando en la obra del gran polígrafo Menéndez Pelayo, vine a saber que Fernán Pérez de Oliva (c 1494-1533), humanista, ingeniero y rector de la Universidad de Salamanca, había escrito un Enigma de la hormiga. Se trataba de una “estancia” o estrofa de versos endecasílabos y heptasílabos. Por fin di con ella en el libro compilatorio Obras del maestro Fernán Pérez de Oliva, con algunas de Ambrosio de Morales, sobrino suyo (Córdoba, 1586). Ambrosio de Morales (1513-1591), historiador y sobrino de Pérez de Oliva, añadió al poema dos estancias más.
Sin duda, estamos ante uno de los primeros poemas españoles dedicados a la hormiga. La estrofa de Pérez de Oliva resulta tétrica, con una imagen negativa de la hormiga (muy distinta de la visión ejemplarizante que nos proporcionan los clásicos grecolatinos). Las dos estrofas de Ambrosio de Morales aluden a los vuelos nupciales de las hormigas, que terminan siendo capturadas por los pájaros (eco del centenario refrán Por su mal nacieron alas a la hormiga, que comenté en Sobre un refrán de hormigas aladas en El Quijote de Miguel de Cervantes). Transcribo a continuación el poema, con adaptación ortográfica.
Enigma de la hormiga
Cantemos los hechos y horrible figura
de una fiera por sabia estimada,
que sale a robar de su sepultura,
do viva primero yacía enterrada.
Imagen de muerte parece mirada,
trae los huesos de carne desnudos,
tiene seis manos de fuerza extremada,
y más en la boca dos garfios agudos.
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Cuando los campos pagan tributo
a quien en ellos las fuerzas emplea,
y el labrador con el nuevo fruto
el largo trabajo pasado recrea,
do pueda hacer sus hurtos seguros,
no le obstan paredes, ni fuerzas de muros,
ni grueso candado, por fuerte que sea.
Con estos sus hurtos mantiene la vida
que viene a acabar con áspera muerte,
cuando la forma primera perdida,
en ave que vuela se trueca y convierte.
Entonces las aves conciben muy fuerte
ira por ver la bestia volar,
y a furia la matan: así que su suerte
no fue venturosa en alas tomar.
Por una ciencia de las hormigas crítica, poética y diletante
Blog personal: Historias de hormigas
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