Fabulas, historias y cuentos sobre hormigas
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ey salaito este esta super bueno ya que hay curiosidades ( la gran mayoria no tenia ni idea).
si por hay en un video vi unas hormigas que nadan estubo super.
pd-que buen post
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empezando una colonia de camponotus sp
diario camponotus sp colombia
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- SALAITO
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Muchas gracias kokero amiguete, tienes razon, las hormigas tienen que se yoo.... de historias muy bonitas que no tenemos ni idea que existen, me alegro que te gusten
Un abrazo
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Cree a aquellos que buscan la verdad, duda de los que la han encontrado.
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Curioso no ?
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No coment.....
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La cancion de las hormigas
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Fragmentos literarios donde se cita el refrán de las hormigas aladas
1540-c 1550. MEJÍA, PEDRO
Silva de varia lección
Que a estotras nuestras hormigas les nazcan alas algunas veces, es cosa tan notoria que no fuera menester dezirlo, pues ya se tiene por refrán que "a la hormiga, por su mal, le nacen alas", porque, con ellas, el viento las lleva y desbarata.
1925. DICCIONARIO DE LA REAL ACADEMIA ESPAÑOLA
Cuando la hormiga se ha de perder, alas le han de nacer
[u
1540-c 1550. MEJÍA, PEDRO
Silva de varia lección
Que a estotras nuestras hormigas les nazcan alas algunas veces, es cosa tan notoria que no fuera menester dezirlo, pues ya se tiene por refrán que "a la hormiga, por su mal, le nacen alas", porque, con ellas, el viento las lleva y desbarata.
1925. DICCIONARIO DE LA REAL ACADEMIA ESPAÑOLA
Cuando la hormiga se ha de perder, alas le han de nacer
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Cerrar las cortinas....... apagad la luz y coged una bolsa de palomitas
CINE
Espero que os guste amigos
Un saludo
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La Comunicación entre las Hormigas y sus Huéspedes
Las hormigas alimentan y resguardan a muchas especies de artrópodos. La razón de esta hospitalidad depende de la habilidad para comunicarse en el mismo lenguaje químico y mecánico que utilizan sus huéspedes.
El mundo de los artrópodos presenta un curioso fenómeno descubierto hace aproximadamente unos cien años, y que desde entonces no ha dejado de intrigar a los investigadores. Muchas especies de artrópodos y de otros insectos viven con las hormigas y han desarrollado relaciones de parasitismo especialmente provechosas. Algunas de estas especies mirmecófilas han hecho del hormiguero un hogar, y disfrutan en él de todas las comodidades. Estos advenedizos llegan en algunos casos a comerse las larvas de las hormigas, y sin embargo, las hormigas los tratan con sorprendente cordialidad: no sólo permiten la invasión del hormiguero, sino que además alimentan, limpian y cuidan las larvas de estos huéspedes como si fueran las propias larvas de las hormigas.
¿Como consiguen estos animales alcanzar esta aceptación? Las hormigas, como animales sociales en un grado elevado, poseen un complicado sistema de comunicación interna que le permite a la colonia llevar a cabo en estrecha colaboración todas las actividades de construcción del hormiguero, búsqueda de comida, defensa de la colonia y cuidado de la prole. El hecho de que las hormigas no traten a sus huéspedes como extraños sugiere que estos huéspedes han conseguido, de alguna manera descifrar el código de las hormigas, es decir, han conseguido 'hablar' en el idioma de las hormigas, idioma que comprende señales visuales, mecánicas y químicas.
Los estudios realizados en los últimos diez años sobre el comportamiento social y la comunicación de las hormigas, han suministrado las bases para una investigación bien fundamentada de las relaciones entre las especies mimercófilas y sus hospedadores. Existen miles de especies mimercófilas entre las que se cuentan arácnidos, como los ácaros, colémbolos, moscas, avispas y muchos otros grupos de insectos; pero entre todos, sobresalen los escarabajos estafilínidos o escarabajos corsarios, demostrando de una forma especialmente clara las interrelaciones parásitas. Dedicándome especialmente a esta especie mimercófila he podido observar los detalles de su comunicación y de sus relaciones con otras especies de hormigas.
Las relaciones varían considerablemente de unas especies de escarabajos a otras. Algunas especies viven en los almacenes de alimento de las hormigas; otras en los lugares de vertido de desperdicios, fuera del hormiguero; otras, en cámaras exteriores cerca del hormiguero, y por último, algunas viven continuamente dentro de las cámaras de cría. Consideraremos, en primer lugar estas últimas.
Un ejemplo muy conocido de este grupo, es el escarabajo Atemeles pubisollis, que es una especie europea que vive en sus etapas larvales en el hormiguero de Formica polyctena. He descubierto que la adopción por parte de las hormigas de la larva del escarabajo depende en primer lugar de la comunicación química. La larva segrega, por medio de células glandulares de su tegumento, una sustancia que aparentemente atrae a la hormiga. Esta sustancia es, posiblemente, una imitación de la feromona que las larvas de hormiga producen para provocar en los adultos el comportamiento de cuidado de la progenie (véase Feromonas, por E.W.Wilson, en Química y Ecosfera, Selecciones de Scientific American, H. Blume Ediciones Madrid, 1976). Las hormigas nodrizas responden a la señal química emitida por la larva de Atemeles con cuidados intensivos. He podido demostrar la existencia de comunicación de tipo químico por dos tipos de evidencias experimentales. Los experimentos realizados por medio de trazadores radiactivos, han demostrado que existe una transferencia de sustancias desde la larva del escarabajo hacia la hormiga. Cuando las larvas son cubiertas con un aislamiento que impide la liberación de su secreción, y colocadas en la entrada del hormiguero, son ignoradas por las hormigas, o, alternativamente, transportadas a los vertederos de desperdicios. En cambio, con que solo quede un segmento de la larva sin cubrir por el aislante, las hormigas introducen la larva en el hormiguero y la adaptan. Incluso se comportan con la misma forma con trozos de papel de filtro impregnados con las secreciones de la larva del escarabajo.
Una forma de comunicación diferente es la que provoca el que la hormiga alimente a la larva del escarabajo. Consiste en la imitación de un comportamiento suplicante que la larva de la hormiga presenta a la hormiga nodriza, y que consiste en estimulaciones mecánicas. Cuando una larva es tocada por las piezas bucales o las antenas de un adulto, reacciona rápidamente intentando hacer contacto con la cabeza de la hormiga. Si esta larva consigue tocar los labios del adulto con sus propias piezas bucales, la hormiga adulta regurgita una gota de alimento. La larva del escarabajo realiza este comportamiento suplicante de una forrma aun más intensa que las larvas de las hormigas, con lo que probablemente por esta razón consiga más comida. Para averiguar y medir la distribución de comida a las larvas en las cámaras de cría, hice que las hormigas se alimentaran con comida marcada con fosfato sódico radiactivo. El experimento demostró que en una población mezclada de larvas de escarabajos y hormigas, los primeros obtenían una cantidad de comida desproporcionadamente superior. La presencia de la larva de escarabajo reducía la alimentación de las larvas de hormiga, pero la presencia de larvas de hormiga no reduce la cantidad de alimento suministrado al escarabajo.
De estos resultados, cabe preguntarse como es posible que la colonia de hormigas pueda sobrevivir frente a la competencia alimentaria de los escarabajos. La respuesta a esta cuestión es simple: las larvas del escarabajo son caníbales; son incapaces de distinguir por medio del olor las larvas de hormiga de sus propias congéneres. Por lo tanto, ellas mismas reducen su propia población, mientras que la de las hormigas no. Es típico encontrar que una cámara de cría, las larvas de hormiga son numerosas, mientras que a menudo (especialmente en los escarabajos pertenecientes al género Lomechusa) se encuentra una larva de escarabajo solitaria que ha devorado a sus vecinas.
El escarabajo Atemeles parasita a dos especies de hormigas, una en verano y otra en invierno. Después de que la larva ha sufrido la pupación y se ha convertido en un adulto en el hormiguero de Formica el escarabajo migra al hormiguero de una hormiga de color marrón oscuro devoradora de insectos del género Myrmica. La razón de esta migración reside en que el género Myrmica continúa manteniendo sus larvas y almacenando alimentos durante el invierno, mientras que las hormigas del género Formica durante este tiempo suspenden la cría. En los hormigueros del género Myrmica, los escarabajos, que aun son exclusivamente inmaduros, pueden ser alimentados para alcanzar la madurez en la primavera, momento en que vuelven al hormiguero de Formica para aparearse y hacer la puesta. De esta forma, los ciclos vitales y el comportamiento del escarabajo Atemeles y las hormigas Formica y Myrmica están sincronizados de tal forma que el escarabajo obtiene los máximos beneficios de las costumbres sociales de cada uno de sus hospedadores. En este aspecto, el escarabajo Atemeles presenta una adaptación evolutiva notablemente avanzada. Los escarabajos del género Lomechusa que también conviven con las hormigas del género Formica no cambian de ambiente durante el invierno; al salir del estado de pupa, simplemente buscan otro hormiguero de la misma especie y se conforman con el acortamiento de la ración alimenticia. Parece como si Atemeles hubiese empezado su evolución hacia la mimercofília estableciendo relaciones con Formica, y una vez consolidadas éstas, 'descubrió' y se adaptó a una nueva especie para el invierno, desarrollando eficazmente un segundo lenguaje para este propósito.
Antes de abandonar el hormiguero de Formica para ir en busca de su nuevo hospedador, el escarabajo Atemeles obtiene una ración de comida para la migración. Esto lo consigue adoptando el comportamiento 'mendigante', de estimulación táctil con su hospedador. El escarabajo, en primer lugar, 'tamborilea' rápidamente a una hormiga con sus antenas para despertar su atención, y a continuación le induce a que regurgite alimento tocando las piezas bucales de la hormiga con las maxilas y las patas anteriores. El análisis de estos movimientos por medio de cinematografía de alta velocidad demuestra que las hormigas se alimentan unas a otras por medio de señales similares.
¿De que forma el escarabajo en su migración encuentra el camino hacia un hormiguero de Myrmica? Los hormigueros de este género se encuentran normalmente en praderas, mientras que los de Formica se encuentran en bosques. Se puede demostrar experimentalmente que cuando los escarabajos Atemeles abandonan los hormigueros de Formica, generalmente se mueven en dirección a las zonas de mayor iluminación. Esto explica cómo es posible que los escarabajos alcancen los prados abiertos en los que viven las hormigas del género Myrmica. Cuando el escarabajo ha llegado a un prado abierto, necesita otras pistas para encontrar el hormiguero de Myrmica. Por medio de experimentos en el laboratorio, he podido dilucidar que el escarabajo se guía por el olor de su especie hospedadora. El olor debe ser llevado por el viento; el escarabajo no es capaz de guiarse con aire en calma. Curiosamente, la sensibilidad del escarabajo a este olor es temporal; solo se presenta en las dos semanas siguientes al abandono del hormiguero de Formica (En primavera encuentran el hormiguero de Formica de la misma forma).
Una vez que el escarabajo ha encontrado un hormiguero de Myrmica, consigue ser reconocido por medio de un ritual en el que se establecen comunicaciones químicamente. En el primer momento, el escarabajo golpea ligeramente con su antena a una hormiga y levanta el extremo de su abdomen hacia ella. La hormiga responde lamiendo las secreciones de las glándulas de apaciguamiento, porque aparentemente suprimen la reacción agresiva en las hormigas. A continuación, la hormiga es atraída por una serie de glándulas presentes a los lados del abdomen del escarabajo, a las que yo he dado el nombre de 'glándulas de adopción', porque la hormiga no aceptará ni adoptará al escarabajo si no percibe esta secreción. Presumiblemente el olor de esta secreción imita el olor específico de las hormigas de esta especie. Por último, el escarabajo baja su abdomen para que la hormiga pueda aproximarse y tomarlo por algunas de las cerdas que el escarabajo posee alrededor de sus glándulas laterales, para llevarlo a la cámara de cría.
El escarabajo Atemeles no es el único mimercófilo capaz de parasitar a más de una especie de hormigas. Hace más de cincuenta años que el entomólogo de la Universidad de Harward William Morton Wheeler descubrió que los escarabajos estafilínidos del género Xenodusa cambian de domicilio con las estaciones. Sus larvas viven en los hormigueros de Formica durante el verano, y sus adultos invernan en los hormigueros de la hormiga carpintero que pertenece al género Camponotus. Es interesante observar que las hormigas carpintero también mantienen larvas durante el invierno. Es muy posible que Atemeles y Xenodusa hayan evolucionado paralelamente en la selección y adaptación a los refugios de invierno.
Otros géneros de escarabajos estafilínidos no han sido capaces de dominar el lenguaje necesario para llegar a invadir las cámaras de cría, que es el mejor lugar para ser alimentado; su habilidad no ha alcanzado los límites de los pertenecientes a los géneros Lomechusa, Atemeles o Xenodusa. Por ejemplo, los estafilínidos del genero europeo Dinarda, están limitados a las cámaras periféricas de los hormigueros Formica sanguinea. Este escarabajo ofrece la secreción de glándulas similares a las del apaciguamiento del género Atemeles, pero no a introducirlo a las cámaras de cría. De esta forma Dinarda está reducido a vivir del alimento que puede encontrar o robar por las cámaras periféricas, tal como hormigas muertas que aun no han sido transportadas a los vertederos, o de comidas que roba a las obreras. Ocasionalmente, Dinarda arrebata una gota de alimento en el instante en que una hormiga forrajera la está suministrando a una obrera. O también, el escarabajo puede acercarse subrepticiamente a una hormiga forrajera en el momento en que está tomando la comida y tocándole en los labios consigue que la forrajera regurgite una pequeña gota de alimento. Sin embargo, la hormiga reconoce inmediatamente al intruso y se dispone a atacarlo; el escarabajo detiene ese ataque ofreciendo el abdomen con la secreción apaciguadora, y mientras la hormiga está saboreando la sustancia segregada, el escarabajo aprovecha para escapar.
Otros grupos de estafilínidos mimercófilos (por ejemplo, del género Myrmedonia) poseen el mínimo imprescindible de comunicación con sus hormigas hospedadoras, suficiente sólo para poder comer en los vertederos de desperdicios de las hormigas. En este lugar, el escarabajo puede alimentarse y evitar el ataque de una hormiga ofreciéndole la secreción de apaciguamiento para conseguir tiempo para escapar. Si el escarabajo es colocado en cualquier lugar del hormiguero, este apaciguamiento no es suficiente; las hormigas rápidamente matan al escarabajo como intruso que es.
Existen mimercófilos que poseen una comunicación muy elemental, y de una sola vía, con las hormigas de las que dependen para alimentarse. Consiste, simplemente, en que son capaces de reconocer el olor del sendero o pista que las forrajeras de una especie particular siguen entre una fuente de alimento y el hormiguero. Por ejemplo, un pequeño escarabajo nitidúlido europeo (Amphotis marginata) puede identificar la pista de una hormiga negra (Lasius fuliginosus), y en muchas localidades, estos escarabajos abundan en las pistas. Este animal actúa como un mendigo del camino, interceptando las hormigas que transportan alimentos por la pista e induciéndolas a regurgitar gotas de alimento tocando el labio de la hormiga. Esta reconoce enseguida el engaño y ataca al escarabajo. Aunque este no tiene un mecanismo de apaciguamiento, evita ser dañado retirando sus apéndices y aplastándose en el terreno.
Muchos escarabajos mimercófilos poseen un estrecho parecido físico con las hormigas que le sirven de hospedadoras. Esto es particularmente cierto en los huéspedes de las hormigas nómadas, y algunos investigadores han concluido que el factor que induce a las hormigas a aceptar a estos escarabajos como congéneres es su parecido morfológico. Incluso ha llegado a decirse esto de los escarabajos de los géneros Atemeles y Lomechusa, que en realidad no tienen gran parecido con sus hospedadores. Yo he podido demostrar que las características morfológicas de estos escarabajos no son los determinantes de su éxito en las relaciones con las hormigas. Esto lo conseguí modificando artificialmente la forma y el color de los escarabajos, con lo que observe que más bien el comportamiento de comunicación es el factor esencial para ser aceptado. Yo creo que incluso en el caso de las hormigas nómadas y sus huéspedes, tiene más importancia el sistema de comunicación que la morfología, y es muy verosímil que el mimetismo de estos animales haya evolucionado como protección contra las aves depredadoras. Las aves que siguen a las hormigas nómadas en sus viajes por terrenos abiertos no atacan a las hormigas; más bien se alimentan de otros insectos que se levantan por causa del avance de las hormigas. Es posible que con experimentos cuidadosamente diseñados sea factible resolver esta cuestión.
Aún queda por dilucidar el problema fascinante de la forma en que el extraordinariamente efectivo sistema de comunicación entre las hormigas y los insectos mimercófilos ha podido evolucionar. Nosotros pensamos que esta evolución ha sido un proceso dividido en dos partes. Es primer lugar, podemos ver a un mimercófilo como un receptor de señales que evolutivamente modifica sus sistemas receptores como potencial huésped de una especie de hormiga para poder reconocer el olor de la hormiga, las diferencias entre el adulto y la larva y otras señales que abren el camino a unas interrelaciones parasíticas. En segundo lugar, y observando al mimercófilo como transmisor de señales, es preciso que a través de las selección natural haya evolucionado hasta la producción del conjunto de secreciones y formas de comportamiento que pueden inducir a la hormiga a aceptar al huésped en el hormiguero y alimentarlo. Así, el desarrollo de las interrelaciones entre huéspedes acomodándolo a la naturaleza del hospedador específico. Con seguridad éste es el camino por el que Atemeles y Lomechusa han logrado ser aceptados y alimentados por sus respectivas especies de hormigas hospedadoras.
Por medio de cuidadosos análisis de distintas especies de escarabajos relacionados entre sí, y que consigan diferentes grados de intimidad con sus hospedadores, podemos esperar aprender más sobre los detalles de la evolución de las asociaciones entre los insectos mimercófilos y las hormigas, así como de sus sistemas de comunicación.
Las hormigas alimentan y resguardan a muchas especies de artrópodos. La razón de esta hospitalidad depende de la habilidad para comunicarse en el mismo lenguaje químico y mecánico que utilizan sus huéspedes.
El mundo de los artrópodos presenta un curioso fenómeno descubierto hace aproximadamente unos cien años, y que desde entonces no ha dejado de intrigar a los investigadores. Muchas especies de artrópodos y de otros insectos viven con las hormigas y han desarrollado relaciones de parasitismo especialmente provechosas. Algunas de estas especies mirmecófilas han hecho del hormiguero un hogar, y disfrutan en él de todas las comodidades. Estos advenedizos llegan en algunos casos a comerse las larvas de las hormigas, y sin embargo, las hormigas los tratan con sorprendente cordialidad: no sólo permiten la invasión del hormiguero, sino que además alimentan, limpian y cuidan las larvas de estos huéspedes como si fueran las propias larvas de las hormigas.
¿Como consiguen estos animales alcanzar esta aceptación? Las hormigas, como animales sociales en un grado elevado, poseen un complicado sistema de comunicación interna que le permite a la colonia llevar a cabo en estrecha colaboración todas las actividades de construcción del hormiguero, búsqueda de comida, defensa de la colonia y cuidado de la prole. El hecho de que las hormigas no traten a sus huéspedes como extraños sugiere que estos huéspedes han conseguido, de alguna manera descifrar el código de las hormigas, es decir, han conseguido 'hablar' en el idioma de las hormigas, idioma que comprende señales visuales, mecánicas y químicas.
Los estudios realizados en los últimos diez años sobre el comportamiento social y la comunicación de las hormigas, han suministrado las bases para una investigación bien fundamentada de las relaciones entre las especies mimercófilas y sus hospedadores. Existen miles de especies mimercófilas entre las que se cuentan arácnidos, como los ácaros, colémbolos, moscas, avispas y muchos otros grupos de insectos; pero entre todos, sobresalen los escarabajos estafilínidos o escarabajos corsarios, demostrando de una forma especialmente clara las interrelaciones parásitas. Dedicándome especialmente a esta especie mimercófila he podido observar los detalles de su comunicación y de sus relaciones con otras especies de hormigas.
Las relaciones varían considerablemente de unas especies de escarabajos a otras. Algunas especies viven en los almacenes de alimento de las hormigas; otras en los lugares de vertido de desperdicios, fuera del hormiguero; otras, en cámaras exteriores cerca del hormiguero, y por último, algunas viven continuamente dentro de las cámaras de cría. Consideraremos, en primer lugar estas últimas.
Un ejemplo muy conocido de este grupo, es el escarabajo Atemeles pubisollis, que es una especie europea que vive en sus etapas larvales en el hormiguero de Formica polyctena. He descubierto que la adopción por parte de las hormigas de la larva del escarabajo depende en primer lugar de la comunicación química. La larva segrega, por medio de células glandulares de su tegumento, una sustancia que aparentemente atrae a la hormiga. Esta sustancia es, posiblemente, una imitación de la feromona que las larvas de hormiga producen para provocar en los adultos el comportamiento de cuidado de la progenie (véase Feromonas, por E.W.Wilson, en Química y Ecosfera, Selecciones de Scientific American, H. Blume Ediciones Madrid, 1976). Las hormigas nodrizas responden a la señal química emitida por la larva de Atemeles con cuidados intensivos. He podido demostrar la existencia de comunicación de tipo químico por dos tipos de evidencias experimentales. Los experimentos realizados por medio de trazadores radiactivos, han demostrado que existe una transferencia de sustancias desde la larva del escarabajo hacia la hormiga. Cuando las larvas son cubiertas con un aislamiento que impide la liberación de su secreción, y colocadas en la entrada del hormiguero, son ignoradas por las hormigas, o, alternativamente, transportadas a los vertederos de desperdicios. En cambio, con que solo quede un segmento de la larva sin cubrir por el aislante, las hormigas introducen la larva en el hormiguero y la adaptan. Incluso se comportan con la misma forma con trozos de papel de filtro impregnados con las secreciones de la larva del escarabajo.
Una forma de comunicación diferente es la que provoca el que la hormiga alimente a la larva del escarabajo. Consiste en la imitación de un comportamiento suplicante que la larva de la hormiga presenta a la hormiga nodriza, y que consiste en estimulaciones mecánicas. Cuando una larva es tocada por las piezas bucales o las antenas de un adulto, reacciona rápidamente intentando hacer contacto con la cabeza de la hormiga. Si esta larva consigue tocar los labios del adulto con sus propias piezas bucales, la hormiga adulta regurgita una gota de alimento. La larva del escarabajo realiza este comportamiento suplicante de una forrma aun más intensa que las larvas de las hormigas, con lo que probablemente por esta razón consiga más comida. Para averiguar y medir la distribución de comida a las larvas en las cámaras de cría, hice que las hormigas se alimentaran con comida marcada con fosfato sódico radiactivo. El experimento demostró que en una población mezclada de larvas de escarabajos y hormigas, los primeros obtenían una cantidad de comida desproporcionadamente superior. La presencia de la larva de escarabajo reducía la alimentación de las larvas de hormiga, pero la presencia de larvas de hormiga no reduce la cantidad de alimento suministrado al escarabajo.
De estos resultados, cabe preguntarse como es posible que la colonia de hormigas pueda sobrevivir frente a la competencia alimentaria de los escarabajos. La respuesta a esta cuestión es simple: las larvas del escarabajo son caníbales; son incapaces de distinguir por medio del olor las larvas de hormiga de sus propias congéneres. Por lo tanto, ellas mismas reducen su propia población, mientras que la de las hormigas no. Es típico encontrar que una cámara de cría, las larvas de hormiga son numerosas, mientras que a menudo (especialmente en los escarabajos pertenecientes al género Lomechusa) se encuentra una larva de escarabajo solitaria que ha devorado a sus vecinas.
El escarabajo Atemeles parasita a dos especies de hormigas, una en verano y otra en invierno. Después de que la larva ha sufrido la pupación y se ha convertido en un adulto en el hormiguero de Formica el escarabajo migra al hormiguero de una hormiga de color marrón oscuro devoradora de insectos del género Myrmica. La razón de esta migración reside en que el género Myrmica continúa manteniendo sus larvas y almacenando alimentos durante el invierno, mientras que las hormigas del género Formica durante este tiempo suspenden la cría. En los hormigueros del género Myrmica, los escarabajos, que aun son exclusivamente inmaduros, pueden ser alimentados para alcanzar la madurez en la primavera, momento en que vuelven al hormiguero de Formica para aparearse y hacer la puesta. De esta forma, los ciclos vitales y el comportamiento del escarabajo Atemeles y las hormigas Formica y Myrmica están sincronizados de tal forma que el escarabajo obtiene los máximos beneficios de las costumbres sociales de cada uno de sus hospedadores. En este aspecto, el escarabajo Atemeles presenta una adaptación evolutiva notablemente avanzada. Los escarabajos del género Lomechusa que también conviven con las hormigas del género Formica no cambian de ambiente durante el invierno; al salir del estado de pupa, simplemente buscan otro hormiguero de la misma especie y se conforman con el acortamiento de la ración alimenticia. Parece como si Atemeles hubiese empezado su evolución hacia la mimercofília estableciendo relaciones con Formica, y una vez consolidadas éstas, 'descubrió' y se adaptó a una nueva especie para el invierno, desarrollando eficazmente un segundo lenguaje para este propósito.
Antes de abandonar el hormiguero de Formica para ir en busca de su nuevo hospedador, el escarabajo Atemeles obtiene una ración de comida para la migración. Esto lo consigue adoptando el comportamiento 'mendigante', de estimulación táctil con su hospedador. El escarabajo, en primer lugar, 'tamborilea' rápidamente a una hormiga con sus antenas para despertar su atención, y a continuación le induce a que regurgite alimento tocando las piezas bucales de la hormiga con las maxilas y las patas anteriores. El análisis de estos movimientos por medio de cinematografía de alta velocidad demuestra que las hormigas se alimentan unas a otras por medio de señales similares.
¿De que forma el escarabajo en su migración encuentra el camino hacia un hormiguero de Myrmica? Los hormigueros de este género se encuentran normalmente en praderas, mientras que los de Formica se encuentran en bosques. Se puede demostrar experimentalmente que cuando los escarabajos Atemeles abandonan los hormigueros de Formica, generalmente se mueven en dirección a las zonas de mayor iluminación. Esto explica cómo es posible que los escarabajos alcancen los prados abiertos en los que viven las hormigas del género Myrmica. Cuando el escarabajo ha llegado a un prado abierto, necesita otras pistas para encontrar el hormiguero de Myrmica. Por medio de experimentos en el laboratorio, he podido dilucidar que el escarabajo se guía por el olor de su especie hospedadora. El olor debe ser llevado por el viento; el escarabajo no es capaz de guiarse con aire en calma. Curiosamente, la sensibilidad del escarabajo a este olor es temporal; solo se presenta en las dos semanas siguientes al abandono del hormiguero de Formica (En primavera encuentran el hormiguero de Formica de la misma forma).
Una vez que el escarabajo ha encontrado un hormiguero de Myrmica, consigue ser reconocido por medio de un ritual en el que se establecen comunicaciones químicamente. En el primer momento, el escarabajo golpea ligeramente con su antena a una hormiga y levanta el extremo de su abdomen hacia ella. La hormiga responde lamiendo las secreciones de las glándulas de apaciguamiento, porque aparentemente suprimen la reacción agresiva en las hormigas. A continuación, la hormiga es atraída por una serie de glándulas presentes a los lados del abdomen del escarabajo, a las que yo he dado el nombre de 'glándulas de adopción', porque la hormiga no aceptará ni adoptará al escarabajo si no percibe esta secreción. Presumiblemente el olor de esta secreción imita el olor específico de las hormigas de esta especie. Por último, el escarabajo baja su abdomen para que la hormiga pueda aproximarse y tomarlo por algunas de las cerdas que el escarabajo posee alrededor de sus glándulas laterales, para llevarlo a la cámara de cría.
El escarabajo Atemeles no es el único mimercófilo capaz de parasitar a más de una especie de hormigas. Hace más de cincuenta años que el entomólogo de la Universidad de Harward William Morton Wheeler descubrió que los escarabajos estafilínidos del género Xenodusa cambian de domicilio con las estaciones. Sus larvas viven en los hormigueros de Formica durante el verano, y sus adultos invernan en los hormigueros de la hormiga carpintero que pertenece al género Camponotus. Es interesante observar que las hormigas carpintero también mantienen larvas durante el invierno. Es muy posible que Atemeles y Xenodusa hayan evolucionado paralelamente en la selección y adaptación a los refugios de invierno.
Otros géneros de escarabajos estafilínidos no han sido capaces de dominar el lenguaje necesario para llegar a invadir las cámaras de cría, que es el mejor lugar para ser alimentado; su habilidad no ha alcanzado los límites de los pertenecientes a los géneros Lomechusa, Atemeles o Xenodusa. Por ejemplo, los estafilínidos del genero europeo Dinarda, están limitados a las cámaras periféricas de los hormigueros Formica sanguinea. Este escarabajo ofrece la secreción de glándulas similares a las del apaciguamiento del género Atemeles, pero no a introducirlo a las cámaras de cría. De esta forma Dinarda está reducido a vivir del alimento que puede encontrar o robar por las cámaras periféricas, tal como hormigas muertas que aun no han sido transportadas a los vertederos, o de comidas que roba a las obreras. Ocasionalmente, Dinarda arrebata una gota de alimento en el instante en que una hormiga forrajera la está suministrando a una obrera. O también, el escarabajo puede acercarse subrepticiamente a una hormiga forrajera en el momento en que está tomando la comida y tocándole en los labios consigue que la forrajera regurgite una pequeña gota de alimento. Sin embargo, la hormiga reconoce inmediatamente al intruso y se dispone a atacarlo; el escarabajo detiene ese ataque ofreciendo el abdomen con la secreción apaciguadora, y mientras la hormiga está saboreando la sustancia segregada, el escarabajo aprovecha para escapar.
Otros grupos de estafilínidos mimercófilos (por ejemplo, del género Myrmedonia) poseen el mínimo imprescindible de comunicación con sus hormigas hospedadoras, suficiente sólo para poder comer en los vertederos de desperdicios de las hormigas. En este lugar, el escarabajo puede alimentarse y evitar el ataque de una hormiga ofreciéndole la secreción de apaciguamiento para conseguir tiempo para escapar. Si el escarabajo es colocado en cualquier lugar del hormiguero, este apaciguamiento no es suficiente; las hormigas rápidamente matan al escarabajo como intruso que es.
Existen mimercófilos que poseen una comunicación muy elemental, y de una sola vía, con las hormigas de las que dependen para alimentarse. Consiste, simplemente, en que son capaces de reconocer el olor del sendero o pista que las forrajeras de una especie particular siguen entre una fuente de alimento y el hormiguero. Por ejemplo, un pequeño escarabajo nitidúlido europeo (Amphotis marginata) puede identificar la pista de una hormiga negra (Lasius fuliginosus), y en muchas localidades, estos escarabajos abundan en las pistas. Este animal actúa como un mendigo del camino, interceptando las hormigas que transportan alimentos por la pista e induciéndolas a regurgitar gotas de alimento tocando el labio de la hormiga. Esta reconoce enseguida el engaño y ataca al escarabajo. Aunque este no tiene un mecanismo de apaciguamiento, evita ser dañado retirando sus apéndices y aplastándose en el terreno.
Muchos escarabajos mimercófilos poseen un estrecho parecido físico con las hormigas que le sirven de hospedadoras. Esto es particularmente cierto en los huéspedes de las hormigas nómadas, y algunos investigadores han concluido que el factor que induce a las hormigas a aceptar a estos escarabajos como congéneres es su parecido morfológico. Incluso ha llegado a decirse esto de los escarabajos de los géneros Atemeles y Lomechusa, que en realidad no tienen gran parecido con sus hospedadores. Yo he podido demostrar que las características morfológicas de estos escarabajos no son los determinantes de su éxito en las relaciones con las hormigas. Esto lo conseguí modificando artificialmente la forma y el color de los escarabajos, con lo que observe que más bien el comportamiento de comunicación es el factor esencial para ser aceptado. Yo creo que incluso en el caso de las hormigas nómadas y sus huéspedes, tiene más importancia el sistema de comunicación que la morfología, y es muy verosímil que el mimetismo de estos animales haya evolucionado como protección contra las aves depredadoras. Las aves que siguen a las hormigas nómadas en sus viajes por terrenos abiertos no atacan a las hormigas; más bien se alimentan de otros insectos que se levantan por causa del avance de las hormigas. Es posible que con experimentos cuidadosamente diseñados sea factible resolver esta cuestión.
Aún queda por dilucidar el problema fascinante de la forma en que el extraordinariamente efectivo sistema de comunicación entre las hormigas y los insectos mimercófilos ha podido evolucionar. Nosotros pensamos que esta evolución ha sido un proceso dividido en dos partes. Es primer lugar, podemos ver a un mimercófilo como un receptor de señales que evolutivamente modifica sus sistemas receptores como potencial huésped de una especie de hormiga para poder reconocer el olor de la hormiga, las diferencias entre el adulto y la larva y otras señales que abren el camino a unas interrelaciones parasíticas. En segundo lugar, y observando al mimercófilo como transmisor de señales, es preciso que a través de las selección natural haya evolucionado hasta la producción del conjunto de secreciones y formas de comportamiento que pueden inducir a la hormiga a aceptar al huésped en el hormiguero y alimentarlo. Así, el desarrollo de las interrelaciones entre huéspedes acomodándolo a la naturaleza del hospedador específico. Con seguridad éste es el camino por el que Atemeles y Lomechusa han logrado ser aceptados y alimentados por sus respectivas especies de hormigas hospedadoras.
Por medio de cuidadosos análisis de distintas especies de escarabajos relacionados entre sí, y que consigan diferentes grados de intimidad con sus hospedadores, podemos esperar aprender más sobre los detalles de la evolución de las asociaciones entre los insectos mimercófilos y las hormigas, así como de sus sistemas de comunicación.
Cree a aquellos que buscan la verdad, duda de los que la han encontrado.
- SALAITO
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La hormiguita dormilona (cuento)
Decía dormilona, antes de empezar a trabajar, esperando dormir cómodamente mientras sus compañeras hormigas ya estaban trabajando esforzadamente.
Y ella en cambio, en tono de burla gustaba cantar:
“Trabajar, trabajar, eso buscan sin parar
Yo mas bien, descansar, es mejor que trabajar.”Un día se aburrió y abandonó el hormiguero, para emprender un larguísimo viaje, alistó sus maletas y se marchó. Iba cantando, muy feliz cuando observó en medio del trayecto unas huellas en la tierra que daba entender que eran las patitas de una tarántula.La tarántula tarantela, ¡que más queda!- se dijo ella misma.
-Tendré que abrir mis ojos lo más que pueda- Y muy optimista la hormiga Herminia le restó importancia.-A mí me han dicho que las tarántulas son peligrosas, pero yo no tengo miedo porque
soy valiente y luchadora, seré capaz de derribarla tan solo con una de mis patas- se dijo orgullosa.Tarantela vestía siempre de negro y asustaba con solo verla. Pero también era muy suspicaz y convincente. Se acercó amablemente a la hormiguita diciéndole dulcemente:Herminia, hormiguita veo que estas de viaje, debes estar cansada, ¿no deseas descansar en mi hermosa hamaca que he tejido? Verás que dormirás plácida y cómodamente. Y no te arrepentirás querida.- ¿En serio? Si es así, no me caería nada mal, ACEPTO- dijo Herminia tranquilamente.
- Pasa por favor, estas en tu casa- contestó la tarántula.
Herminia se recostó panza abajo, cayendo en un profundo sueño, sin darse cuenta que había caído en una trampa.-Jojojo, ya se durmió! ¡Jajaja, que rica estará! ¡Jejeje, me la comeré! ¡Jijiji, con bastante ají!-decía la tarántula entusiasmada.
Como le faltaba ají, salió a buscar en el prado, a ver si encontraba algo.Mientras tanto, Herminia sintió la caricia del aire y el hermoso canto de un ruiseñor, que la hacía soñar y soñar.
Y en ese sueño, apareció su mamá que le decía:
-Hijita querida, vuelve a casa, y deja ya la pereza a un lado, esfuérzate mucho, yo estaré orgullosa de ti.
Le dio un beso en sus antenitas y se fue.Herminia despertó con una lágrima en sus ojos, pues su mamá estaba en casa solita y a raíz de eso, ella se había descuidado y olvidado de trabajar.Ya no quiero seguir así mamita, voy a salir de aquí y regresaré al hormiguero- dijo en voz alta.
Fue entonces que llegó Tarantela, lista con el ají en sus patitas.
- Mmmm, veo que ya te has despertado.
- Sí, y quiero ir a mi casa.
- A tu casa, no regresarás- dijo tajantemente la tarántula.
Tarantela se acercó sigilosamente para comerla cuando de repente el ruiseñor al ver el peligro, sacó a Herminia con su pico y volando muy alto la llevó consigo hasta llegar al hormiguero.
- Muchas gracias, ruiseñor. Si no hubiera sido por ti, ya estaría muerta- le dijo Herminia
- De nada, ahora cumple con tus tareas y no olvides los consejos de tu madre- contestó el ruiseñor.Así lo haré, de ahora en adelante me esforzaré por ser una hormiga trabajadora.
De esta manera la hormiga Herminia dejó de ser perezosa y llegó a ser la hormiga más trabajadora y que hacia los deveres del hormiguero.
Su secreto fue recordar siempre el consejo de su mamá, a veces tomaba una que otra siestecita, solo que esta vez, era para recobrar más fuerzas y seguir cantando alegremente una nueva letra:
“Trabajar, trabajar, eso quiero sin dudar, y también disfrutar del esfuerzo que hay que dar.”
Fin.
Decía dormilona, antes de empezar a trabajar, esperando dormir cómodamente mientras sus compañeras hormigas ya estaban trabajando esforzadamente.
Y ella en cambio, en tono de burla gustaba cantar:
“Trabajar, trabajar, eso buscan sin parar
Yo mas bien, descansar, es mejor que trabajar.”Un día se aburrió y abandonó el hormiguero, para emprender un larguísimo viaje, alistó sus maletas y se marchó. Iba cantando, muy feliz cuando observó en medio del trayecto unas huellas en la tierra que daba entender que eran las patitas de una tarántula.La tarántula tarantela, ¡que más queda!- se dijo ella misma.
-Tendré que abrir mis ojos lo más que pueda- Y muy optimista la hormiga Herminia le restó importancia.-A mí me han dicho que las tarántulas son peligrosas, pero yo no tengo miedo porque
soy valiente y luchadora, seré capaz de derribarla tan solo con una de mis patas- se dijo orgullosa.Tarantela vestía siempre de negro y asustaba con solo verla. Pero también era muy suspicaz y convincente. Se acercó amablemente a la hormiguita diciéndole dulcemente:Herminia, hormiguita veo que estas de viaje, debes estar cansada, ¿no deseas descansar en mi hermosa hamaca que he tejido? Verás que dormirás plácida y cómodamente. Y no te arrepentirás querida.- ¿En serio? Si es así, no me caería nada mal, ACEPTO- dijo Herminia tranquilamente.
- Pasa por favor, estas en tu casa- contestó la tarántula.
Herminia se recostó panza abajo, cayendo en un profundo sueño, sin darse cuenta que había caído en una trampa.-Jojojo, ya se durmió! ¡Jajaja, que rica estará! ¡Jejeje, me la comeré! ¡Jijiji, con bastante ají!-decía la tarántula entusiasmada.
Como le faltaba ají, salió a buscar en el prado, a ver si encontraba algo.Mientras tanto, Herminia sintió la caricia del aire y el hermoso canto de un ruiseñor, que la hacía soñar y soñar.
Y en ese sueño, apareció su mamá que le decía:
-Hijita querida, vuelve a casa, y deja ya la pereza a un lado, esfuérzate mucho, yo estaré orgullosa de ti.
Le dio un beso en sus antenitas y se fue.Herminia despertó con una lágrima en sus ojos, pues su mamá estaba en casa solita y a raíz de eso, ella se había descuidado y olvidado de trabajar.Ya no quiero seguir así mamita, voy a salir de aquí y regresaré al hormiguero- dijo en voz alta.
Fue entonces que llegó Tarantela, lista con el ají en sus patitas.
- Mmmm, veo que ya te has despertado.
- Sí, y quiero ir a mi casa.
- A tu casa, no regresarás- dijo tajantemente la tarántula.
Tarantela se acercó sigilosamente para comerla cuando de repente el ruiseñor al ver el peligro, sacó a Herminia con su pico y volando muy alto la llevó consigo hasta llegar al hormiguero.
- Muchas gracias, ruiseñor. Si no hubiera sido por ti, ya estaría muerta- le dijo Herminia
- De nada, ahora cumple con tus tareas y no olvides los consejos de tu madre- contestó el ruiseñor.Así lo haré, de ahora en adelante me esforzaré por ser una hormiga trabajadora.
De esta manera la hormiga Herminia dejó de ser perezosa y llegó a ser la hormiga más trabajadora y que hacia los deveres del hormiguero.
Su secreto fue recordar siempre el consejo de su mamá, a veces tomaba una que otra siestecita, solo que esta vez, era para recobrar más fuerzas y seguir cantando alegremente una nueva letra:
“Trabajar, trabajar, eso quiero sin dudar, y también disfrutar del esfuerzo que hay que dar.”
Fin.
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Un chiste. ( la hormiga era una Messor barbarus )
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Jajajaja, que bueno. Me ha recordado a mi abuelo xDSALAITO escribió:Un chiste. ( la hormiga era una Messor barbarus )
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si es bueno si, me alegro que te gustase.
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Uno de los experimentos que nos presenta la marca Clementoni (ciencia y juego) dice lo siguiente
Las hormigas dejan huellas
1) Busca un hormiguero e introduce un trozo de papel indicador del pH.
2) Después de un rato extráelo y en el fondo podrían aparecer puntitos rojos.
El ácido fórmico, producido por las hormigas, ha hecho cambiar a rojo (pH ácido) el papel reactivo.
Las hormigas dejan huellas
1) Busca un hormiguero e introduce un trozo de papel indicador del pH.
2) Después de un rato extráelo y en el fondo podrían aparecer puntitos rojos.
El ácido fórmico, producido por las hormigas, ha hecho cambiar a rojo (pH ácido) el papel reactivo.
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