Muy señores míos,

En el siglo XVIII Benito Jerónimo Feijoo publicó su Teatro crítico universal, en muchos tomos, dedicados a combatir las supersticiones y leyendas populares que tanto daño hacían al cabal conocimiento de las cosas. Entrados en el siglo XXI no está de más continuar modestamente su labor.

Como colectivo que somos de naturalistas y aficionados a las hormigas, hemos quedado sorprendidos tras la lectura del reciente artículo de Alex Rovira, "La Inteligencia Instintiva", aparecido en El País Semanal de 1-10-06. Sin entrar en el conjunto del mismo, sí queremos hacer notar la extraña aportación mirmecológica del Sr. Rovira: según él, si se separa una reina de su hormiguero, “parece transmitir instrucciones y normas de funcionamiento a sus súbditos a distancia. Puede estar ella tan lejos como quiera para lograr una óptima transmisión y recepción, pero lo importante es que permanezca viva”. Por más que intente convencer a sus lectores de que se trata de “hechos de difícil explicación”, lo cierto y verdad es que tal descripción no es un hecho sino, simple y llanamente, pura fantasía.

Las interacciones entre las reinas y las obreras se regulan de manera química, de modo que sólo mediante el contacto o la exposición a las sustancias emitidas por la reina (feromonas) puede ésta regular la actividad del nido, y esta regulación se reduce a aspectos reproductivos.

En cuanto la reina muere, las obreras siguen realizando sus funciones exactamente igual que antes, y sólo se ven afectadas en dichas funciones reproductivas en ciertos aspectos que no son el tema de esta carta. De todos modos, tras la ausencia de la reina al poco tiempo desaparecen también sus feromonas, con lo que el funcionamiento de la colonia se resiente. Finalmente el nido termina por extinguirse debido a la no aportación de nuevos miembros, ya que la reina era la única capaz de generar nuevos individuos. Su actividad cesa en cuanto muere el último individuo de la colonia.

Por todo lo dicho podemos afirmar que en caso de ser retirada la reina de una colonia, la evolución de ésta no se ve afectada para nada por la mayor o menor distancia a la que se encuentre dicha reina, ni por si ésta está viva o muerta. No existe, de ninguna manera, transmisión a distancia de intrucciones ni de normas de ningún tipo.

Aparentemente el autor ha copiado casi literalmente la información referente a las hormigas de una web tan poco científica como es Zona-Maya.net: "Como un ejemplo de la naturaleza, cuando una hormiga reina es separada de su colonia, las hormigas trabajadoras que quedan continuarán construyendo fervientemente de acuerdo con el plan. Sin embargo, si se mata a la reina, todo el trabajo en la colonia para. Ninguna hormiga sabrá qué hacer. Aparentemente, la reina transmite los 'planes de construcción' a sus súbditos aún si está lejos -vía la conciencia grupal. Ella puede estar tan lejos como quiera, siempre y cuando esté viva." (texto extraido de la web Zona-Maya.net el 2 de septiembre de 2006).

Veríamos lógica una rectificación acorde con la credibilidad que su periódico siempre nos ha merecido. De lo contrario estarán colaborando activamente a difundir la supersitición y la superchería.

Atentamente,

Dani escribió:Yo también estoy de acuerdo, aunque puestos a proponer modificaciones, cambiaría el último párrafo "Veríamos lógica una rectificación acorde con la credibilidad que su periódico siempre nos ha merecido. De lo contrario estarán colaborando activamente a difundir la supersitición y la superchería. " por algo así como:

"Les agradeceríamos que nuestra opinión se viese igualmente reflejada en su periódico, con el que siempre estaremos dispuestos a colaborar, para desterrar este tipo de leyendas sin rigor ni fundamento científico"

Estimados señores,

En el siglo XVIII Benito Jerónimo Feijoo publicó su Teatro crítico universal, en muchos tomos, dedicados a combatir las supersticiones y leyendas populares que tanto daño hacían al cabal conocimiento de las cosas. Entrados en el siglo XXI no está de más continuar modestamente su labor.

Como colectivo que somos de naturalistas y aficionados a las hormigas, hemos quedado sorprendidos tras la lectura del reciente artículo de Alex Rovira, "La Inteligencia Instintiva", aparecido en El País Semanal de 1-10-06. Sin entrar en el conjunto del mismo, sí queremos hacer notar la extraña aportación mirmecológica del Sr. Rovira: según él, si se separa una reina de su hormiguero, “parece transmitir instrucciones y normas de funcionamiento a sus súbditos a distancia. Puede estar ella tan lejos como quiera para lograr una óptima transmisión y recepción, pero lo importante es que permanezca viva”. Por más que intente convencer a sus lectores de que se trata de “hechos de difícil explicación”, lo cierto y verdad es que tal descripción no es un hecho sino, simple y llanamente, pura fantasía.

Aparentemente el autor ha copiado casi literalmente la información referente a las hormigas de una web tan poco científica como es Zona-Maya.net: "Como un ejemplo de la naturaleza, cuando una hormiga reina es separada de su colonia, las hormigas trabajadoras que quedan continuarán construyendo fervientemente de acuerdo con el plan. Sin embargo, si se mata a la reina, todo el trabajo en la colonia para. Ninguna hormiga sabrá qué hacer. Aparentemente, la reina transmite los 'planes de construcción' a sus súbditos aún si está lejos -vía la conciencia grupal. Ella puede estar tan lejos como quiera, siempre y cuando esté viva." (texto extraido de la web Zona-Maya.net el 2 de septiembre de 2006).

La realidad es otra: las interacciones entre las reinas y las obreras se regulan de manera química, de modo que sólo mediante el contacto o la exposición a las sustancias emitidas por la reina (feromonas) puede ésta regular la actividad del nido, y esta regulación se reduce a aspectos reproductivos.

En cuanto la reina muere, las obreras siguen realizando sus funciones exactamente igual que antes, y sólo se ven afectadas en dichas funciones reproductivas en ciertos aspectos que no son el tema de esta carta. De todos modos, tras la ausencia de la reina al poco tiempo desaparecen también sus feromonas, con lo que el funcionamiento de la colonia se resiente. Finalmente el nido termina por extinguirse debido a la no aportación de nuevos miembros, ya que la reina era la única capaz de generar nuevos individuos. Su actividad cesa en cuanto muere el último individuo de la colonia.

Por todo lo dicho podemos afirmar que en caso de ser retirada la reina de una colonia, la evolución de ésta no se ve afectada para nada por la mayor o menor distancia a la que se encuentre dicha reina, ni por si ésta está viva o muerta. No existe, de ninguna manera, transmisión a distancia de intrucciones ni de normas de ningún tipo.

Les agradeceríamos que nuestra opinión se viese reflejada en su periódico a modo de rectificación, algo que sería acorde con la credibilidad en temas científicos que siempre ha tenido el mismo. Por nuestra parte siempre estaremos dispuestos a colaborar para desterrar este tipo de leyendas que no son más que supersticiones y supercherías que no albergan rigor ni fundamento científico alguno.

Atentamente,