A vueltas con el NH3 (AMONIACO)

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maestrogabi
El maestro
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A vueltas con el NH3 (AMONIACO)

Mensaje por maestrogabi »

No sabía si postear esto en experimentos, aunque finalmente he optado por ponerlo aquí, ya que no es un experimento en si, sino más bien un accidente. Bueno, os cuento una de mis batallitas mirmecológicas.
Imagen
Resulta que para la exposición que hice en mi colegio coloqué en un terrario tipo sandwich de arena (el que se ve arriba de todo a la izquierda), hecho en un viejo acuario unos tallos de tomillo de invierno (Thymus hiemalis) y de romero (Rosmarinus officinalis), para decorar y ambientar a unas Formica subrufa.
Además, ya que iban a estar 4 días expuestas y un fin de semana por medio, humedecí bien la tierra del terrario.
El terrario estaba sellado con film transparente (del que se usa para los alimentos) en su parte superior, de forma que era completamente estanco a entrada y salida de gases.
Bueno, pues en este cúmulo de circunstancias, transcurridos esos 6 días, el tomillo y el romero debieron fermentar y descomponerse.
Desde fuera, antes de retirar el film y desprecintar, se apreciaba cierto olor a eso, a tomillo y romero.
El problema fué al abrir y desprecintar: el olor a amoniaco que se había generado dentro era tan intenso que había incluso que ventilar la habitación donde se abrió el terrario.
Un día antes ya había observado que las hormigas habían dejado de pasearse por el terrario, pero lo atribuía a los golpes y vibraciones durante la exposición.
Sin embargo al abrirlo entendí rápidamente el motivo: las hormigas estaban escondidas y a salvo (al menos en parte) de los gases nocivos que llenaban el exterior de las galerias.
Lo curioso es que durante todo el periodo sólo se veía salir fuera de las galerías y esporádicamente una o dos obreras, como comprobando la situación exterior y rápidamente volvían dentro.
Lo más curioso fue el comportamiento de 2 de ellas.
Una mostraba síntomas de intoxicación y movía las patas torpemente, como arrastrando algunas de ellas. Además intentaba subir por el cristal y apenas si subía 2 centímetros volvía a caer abajo. En ocasiones se movía por la arena como reptando, es decir, arrastraba el tórax y el gaster por el suelo.
Por su parte, la otra obrera mordisqueaba durante un rato con las mandíbulas el extremo del gaster de la obrera intoxicada, hasta que finalmente dejó de hacerlo y caminó los 10 cm que la separaban de la entrada a las galerías y abandonó a su compañera.
Saqué la obrera aparentemente intoxicada del terrario y, mientras este se ventilaba sumergí en agua la hormiga, varias veces y por casi un minuto cada vez.
Entre tanto, la hormiga ya había adoptado una posición “fetal”, encogida y con las patas completamente estiradas.
Por la noche la dejé en un tubo de ensayo, pensando que por la mañana aparecería muerta, de modo que al menos tendría un ejemplar para observar con la lupa usb.
Mi sorpresa ha sido cuando he comprobado que no sólo estaba viva, sino que al intentar cogerla con las pinzas para devolverla al terrario (ventilado y con arena nueva) ha mordido rápidamente las pinzas que intentaban capturarla.
Por último ya en el terrario ha llenado el gaster con agua azucarada que les había puesto y se ha dirigido rápidamente al hormiguero, siguiendo el rastro que otras obreras habían dejado previamente.
Moraleja: ojito con lo que metemos en los terrarios y con las hormigas “moribundas”.
http://elviejoforestal.blogspot.com/
He vuelto... ¡y pienso quedarme!
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