Tras varios ensayos he dado con este método:
1) Se pone la obrera en el fondo de un pocillo con alcohol de 70º.
2) Se deja caer sobre el alcohol (sin tocar a la hormiga) una pequeña gota de entellán (un medio de montaje empleado en preparaciones microscópicas).
3) Inmediatamente (antes de que comience a endurecerse la gota de entellán) se mete dentro la obrera, empujándola con un pelo de pincel enmangado en una varilla.
4) La gota sumergida de entellán, con la hormiga dentro, se deja reposar durante 8 horas, moviéndola de vez en cuando para evitar que se adhiera al fondo del pocillo.
5) Finalmente, la gota ya solificada se saca del pocillo, se le seca el alcohol superficial, y se le pega en un lado la punta roma de un pequeño triángulo de acetato (usando como pegamento otra micro gota de entellán, que seca rápido al aire).
En la siguiente imagen podéis ver el resultado. No ha sido demasiado satisfactorio, porque la gota no termina de ser regularmente esférica, de tal forma que la hormiga se ve mejor en unas posiciones que en otras. Pero el método muestra, de momento, que es posible realizar inclusiones permanentes de estas delicadísimas hormigas.
