ricardor escribió:Bueno amigos un dia escuche que una manera de desaparecer hormigas era hacerlas combatir con otras; osea hecharles hormigas de otra especie . Pero bueno aunque nunca haya sido victima de una plaga probe algo parecido con un hormiguero que habia en el jardin y resulto

josemary escribió:Ayer noche lo eliminé del blog. La entrada giraba alrededor de un manuscrito que encontré en el Museo de Ciencias Naturales de Madrid. El autor describía varios métodos para combatir la devastadora plaga de hormigas que en el siglo XVIII arrasó las plantaciones de caña de azúcar de las Antillas Menores. En el 4º apartado del escrito recomendaba criar perdices, gallinas de Guinea, pero, sobre todo, transportar desde Buenos aires… fourmilieres.

Yo entendí hormigueros (con hormigas), para hacer la lucha biológica a las otras hormigas invasoras establecidas en las islas. Pero me equivoqué completamente. Al consultar, en busca de nuevos datos, la Enciclopedia Metódica y otras obras francesas del siglo XVIII, caí en la cuenta de que con el término "fourmilier" se referían a los osos hormigueros continentales de la familia Myrmecophagidae. Es cierto, y así lo mencionan los autores que recomendaban el traslado de estos animales a las islas, que se hacía necesario hacer acopio de pupas y larvas de hormigas para alimentar a los osos hormigueros durante el largo viaje en barco, de tal forma que cabía la posibilidad de que especies de hormigas foráneas invadieran las Antillas.

Pero mi error trastocaba la argumentación general del artículo, y con un solo clic de ratón mandé a la papelera dos o tres días de trabajo. Todo sea en honor a la verdad.

xauxa escribió:La visión del día después de una batalla de hormigas en la naturaleza, desde el punto de vista humano, es uno de los espectáculos más terroríficos, tétricos y tristes que he visto en mi vida. Hormigas todavía deambulando sin antenas o incluso sin cabeza. Cabezas agarradas a patas, multitud de cuerpos descuartizados, lentitud y desorientación en las sobrevivientes. Incluso se puede apreciar cierta olor... a muerte. Después de la contienda, las colonias que se han batido tal vez para saquear las provisiones mutuas, quedan diezmadas y pueden haber retrocedido años en su progreso y madurez. Hace unos años vi los restos del campo de batalla -unos 20 metros cuadrados- de dos grandes colonias de Messor barbarus vecinas. Sí, incluso una especie granívora y en principio no muy agresiva como las Messor pueden entablar una guerra hasta casi la extinción mútua.

Provocar estas guerras artificialmente, incluso entre especies invasoras, debería responder a un objetivo de estudio o investigación determinado. Hacerlo sin más es una gamberrada de niños.