Estimados compañeros
Lo primero, saludaros en este mi primer post en el foro. Al igual que en casos parecidos, me metí por vez primera en este foro hace un par de años animado por mi interés hormiguil, pero la imposibilidad de convencer a mis compañeros de piso para montar un hormiguero me hizo perder la regularidad. A pesar de esto, os he seguido leyendo con interés más o menos periódico, y os escribo ahora, por fin, ya que me he lanzado a la aventura de montar una colonia en mi casa (ahora vivo sólo con mi novia, más tolerante).
I. El hormiguero
Lo primero fue intentar hacer algo estiloso, ya os imagináis, algo que se pueda enseñar a las visitas sin provocar un patatús. En plan de diseño, emocionante... Así que pillé un terrario pequeñito, de tortugas, y lo llené de escayola hasta la mitad, para hacer galerías por los lados y todo eso. ¿Os imagináis que pasó? Exacto: no había dios que sacara la escayola de allí. Las mofas de mi novia todavía se oyen por la escalera. Despues se me ocurrió, al mirar atentamente vuestras fotos, videos e instrucciones, comprar un tupper del chino con forma de caja de herramientas, de esos que ya tienen "secciones" parceladas. Llené cada una de las secciones de escayola, luego lo dejé secar, perforé cámaras y galerías y finalmente agujereé el plástico, para comunicar las secciones. Un agujero en la parte de arriba para meter el agua y la miel y las pinzas y una jeringuilla (qué pasao) fue el final de la odisea. Y me quedé tan a gusto.
peripecias y otros desastres
II. Las hormigas
Lo siguiente: buscar una hormiguita reina para empezar con la prole. En fin. Otra cosa no sé, pero os aseguro que en los últimos tres días he cazado todos los bichos, voladores o no, que he encontrado en el Paque del Oeste, en Madrid. El primer día encontré algo que parecía una hormiga, con alas, con la tripa más grande que el resto del cuerpo, y me la traje a casa. La guardé en un mini taponcito que puse dentro del hormiguero-del-chino, con un algodón con agua y otro con una gotita de miel rebajada y a oscuras. Pero no parecía muy motivada. Yo supongo, viéndola tan canija, que era un macho, o incluso otro tipo de insecto! Total, que al despertarme al día siguiente (o sea, ayer), ya no estaba!! Me volví loco tratando de descubrir la fuga de Logan, os lo juro, pero no supe averiguar dónde estaba el fallo de seguridad. Mi novia decretó la alerta amarilla. La llamé. Grité. Pero se había ido. Así que decidí ir a buscar más hormigas, esta vez sin especial ahínco en las reinas, para meterlas en el hormiguero y descubrir el famoso problema. Y volvía al Parque.
Lo siguiente: buscar una hormiguita reina para empezar con la prole. En fin. Otra cosa no sé, pero os aseguro que en los últimos tres días he cazado todos los bichos, voladores o no, que he encontrado en el Paque del Oeste, en Madrid. El primer día encontré algo que parecía una hormiga, con alas, con la tripa más grande que el resto del cuerpo, y me la traje a casa. La guardé en un mini taponcito que puse dentro del hormiguero-del-chino, con un algodón con agua y otro con una gotita de miel rebajada y a oscuras. Pero no parecía muy motivada. Yo supongo, viéndola tan canija, que era un macho, o incluso otro tipo de insecto! Total, que al despertarme al día siguiente (o sea, ayer), ya no estaba!! Me volví loco tratando de descubrir la fuga de Logan, os lo juro, pero no supe averiguar dónde estaba el fallo de seguridad. Mi novia decretó la alerta amarilla. La llamé. Grité. Pero se había ido. Así que decidí ir a buscar más hormigas, esta vez sin especial ahínco en las reinas, para meterlas en el hormiguero y descubrir el famoso problema. Y volvía al Parque.
III. Las hormigas, again.
Y en el Parque, ayer mismo, capturé varios tipos de amigas pequeñas. Una era microscópica, negra, y no demasiado rápida. Otra era negra, pero enorme, con un cabezón de miedo y unas pinzas como de colgar la ropa en la boca. Lenta, muy lenta, en plan mis amigos y yo viendo zoolander. Luego pillé otras cuatro, de tamaño medio, con el tronco rojizo, que iban a toda leche, como espídicas, todo el rato. Para mi asombro, no se mataron en el viaje a casa.
Las metí en el hormiguero-del-chino, esperando ver si se escapan por algún lado, y me quedé medio frito antes de irme a dormir. Me llamaron la atención dos cosas: una, que dos de las del tronco rojizo eran como coleguitas, estaban todo el rato juntas a su bola. y dos, que cada vez que una se acercaba a la pequeñaja, aunque tenían el triple o más de su tamaño, salían despavoridas. ¿Cómo era posible? Era como ver a Mike Tyson huyendo del chiquiChiqui, de verdad.
Total, que esta mañana, de nuevo la tragedia: faltaban las dos hormigas colegas!!!! Pero Santo Cristo!!! ¿Por dónde diablos han escapado???? En mi catalepsia total, bajo la suspicaz mirada de mi novia diciéndome "ya tenemos tres hormigas sueltas por casa y me prometiste que no vería nunca ninguna fuera del hormiguero", me he ido al baño a maldecir y a darle un poco de teatro a la situación. Y, al regresar a verlas: Ta-Chán! La hormiga gigante, la del cabezón, estaba en el teclado del ordenador, seguramente poniendo un email a la familia!!!!! Joder!! Pero si es enorme!! Pero si la cabeza es más grande que el agujero donde meto el agua!!! La he recogido, la he vuelto a meter, y me he vuelto a quedar sopas sobre el hormiguero, vigilándolas.
hoy iré otra vez a buscar una reina, total, estoy de vacaciones... ¿qué clase de oscuro insecto sin determinar traeré a casa?
Y en el Parque, ayer mismo, capturé varios tipos de amigas pequeñas. Una era microscópica, negra, y no demasiado rápida. Otra era negra, pero enorme, con un cabezón de miedo y unas pinzas como de colgar la ropa en la boca. Lenta, muy lenta, en plan mis amigos y yo viendo zoolander. Luego pillé otras cuatro, de tamaño medio, con el tronco rojizo, que iban a toda leche, como espídicas, todo el rato. Para mi asombro, no se mataron en el viaje a casa.
Las metí en el hormiguero-del-chino, esperando ver si se escapan por algún lado, y me quedé medio frito antes de irme a dormir. Me llamaron la atención dos cosas: una, que dos de las del tronco rojizo eran como coleguitas, estaban todo el rato juntas a su bola. y dos, que cada vez que una se acercaba a la pequeñaja, aunque tenían el triple o más de su tamaño, salían despavoridas. ¿Cómo era posible? Era como ver a Mike Tyson huyendo del chiquiChiqui, de verdad.
Total, que esta mañana, de nuevo la tragedia: faltaban las dos hormigas colegas!!!! Pero Santo Cristo!!! ¿Por dónde diablos han escapado???? En mi catalepsia total, bajo la suspicaz mirada de mi novia diciéndome "ya tenemos tres hormigas sueltas por casa y me prometiste que no vería nunca ninguna fuera del hormiguero", me he ido al baño a maldecir y a darle un poco de teatro a la situación. Y, al regresar a verlas: Ta-Chán! La hormiga gigante, la del cabezón, estaba en el teclado del ordenador, seguramente poniendo un email a la familia!!!!! Joder!! Pero si es enorme!! Pero si la cabeza es más grande que el agujero donde meto el agua!!! La he recogido, la he vuelto a meter, y me he vuelto a quedar sopas sobre el hormiguero, vigilándolas.
hoy iré otra vez a buscar una reina, total, estoy de vacaciones... ¿qué clase de oscuro insecto sin determinar traeré a casa?
IV. El método.
Ante la crisis de fugas que estoy viviendo en mi primer hormiguero, y ante la falta respuestas, he planificado varios métodos para averiguar de una vez y para siempre dónde está el fallo. Si averiguo cómo, os pondré alguna fotillo en el post para amenizar el relato con documentación gráfica.
Método watchmen.
De momento, infructuoso. Consiste básicamente en pasarme horas muertas en estado de semihibernación mirando fijamente el deambular de mis cuatro amigas en el hormiguero. Yo ni me muevo, no sea que me estén vigilando ellas a mí también. Así que parezco una estatua de sal, pero no pierdo detalle. Cuando las miro, están como despistadas, como haciéndose las locas, en plan "no sabemos por dónde escapaaar...". Yo creo, en virtud, que em están vacilando. Apuesto a que mañana por la mañana el tupper estará vacío y me habrán dejado una nota de despedida.
Método titanic.
De momento, como último recurso. Consiste en sacarlas una a una, meterlas en el sacapuntas (luego explico esto) y anegar el hormiguero hasta averiguar por dónde se sale el agua. Este sistema tiene el problema de que voy a liarla gorda, lo sé: es una intuición. Y me veo hasta arriba de escayola, agua, polvo blanco y hasta una mano de palos.
Método lupa.
El que usaré estaré noche. Consiste en sacarlas del hormiguero, abrirlo del todo y rebuscar por cada rincón un lugar ideal para la escapada.
Método Prison Break.
El más divertido. Consiste en meter un binsecto grande en el hormiguero, algo que aterre a las cuatro hormigas (menos a la pequeña, que parece Vin Diesel) y obligarlas a salir por patas. Quizá entonces se olviden de la farsa que están llevando a cabo y salgan incluso cuando las estoy mirando.
Ante la crisis de fugas que estoy viviendo en mi primer hormiguero, y ante la falta respuestas, he planificado varios métodos para averiguar de una vez y para siempre dónde está el fallo. Si averiguo cómo, os pondré alguna fotillo en el post para amenizar el relato con documentación gráfica.
Método watchmen.
De momento, infructuoso. Consiste básicamente en pasarme horas muertas en estado de semihibernación mirando fijamente el deambular de mis cuatro amigas en el hormiguero. Yo ni me muevo, no sea que me estén vigilando ellas a mí también. Así que parezco una estatua de sal, pero no pierdo detalle. Cuando las miro, están como despistadas, como haciéndose las locas, en plan "no sabemos por dónde escapaaar...". Yo creo, en virtud, que em están vacilando. Apuesto a que mañana por la mañana el tupper estará vacío y me habrán dejado una nota de despedida.
Método titanic.
De momento, como último recurso. Consiste en sacarlas una a una, meterlas en el sacapuntas (luego explico esto) y anegar el hormiguero hasta averiguar por dónde se sale el agua. Este sistema tiene el problema de que voy a liarla gorda, lo sé: es una intuición. Y me veo hasta arriba de escayola, agua, polvo blanco y hasta una mano de palos.
Método lupa.
El que usaré estaré noche. Consiste en sacarlas del hormiguero, abrirlo del todo y rebuscar por cada rincón un lugar ideal para la escapada.
Método Prison Break.
El más divertido. Consiste en meter un binsecto grande en el hormiguero, algo que aterre a las cuatro hormigas (menos a la pequeña, que parece Vin Diesel) y obligarlas a salir por patas. Quizá entonces se olviden de la farsa que están llevando a cabo y salgan incluso cuando las estoy mirando.
V. Ese tipo raro del sacapuntas.
Una de las cosas que no se dice en esta página espléndida es el aspecto que tiene un tipo agachado mirando fijamente el suelo ante la atenta mirada de niños, madres de niños y parejitas retozonas en un Parque público. Sin duda, me miran como si fuera un marciano. Ayer mismo, sin ir más lejos, me di cuenta de que estaba siendo atentamente observado por un grupo de tres jóvenes macarrillas que estaban en un banco, precisamente a unos cinco metros de mí que, en cunclillas, miraba el discurrir de un montón de hormigas de un hormiguero a otro, en tropel, confiando en que aparecieran las tan deseadas aladas. Uno de ellos, incluso, se me acercó a pedirme un cigarro, pero yo supe al momento que lo que pretendía era acercarse a mí y averiguar qué hostias estaba haciendo en el suelo. En fin.
Las madres de niños me los alejan. Supongo que debería afeitarme antes de hacer esto en público. Por otro lado, mi estrategia para la captura tiene un poco de todo, pero nada de ortodoxo. Compré unos sacapuntas muy curiosos en el chino, de esos que incluye su propia tapa y un compartimento para almacenar los restos. Así que, cuando veo una hormiga, lo que hago es meterla dentro a duras penas. Luego cierro la tapa y vòila. Y cuando está dentro la miro con perseverancia, tratando de averiguar, primero, si realmente es una hormiga, y segundo, si es una reina o una princesa. Leyendo sobre vuestros métodos, la verdad, me siento un poco patético, pero le pongo empeño.
Una de las cosas que no se dice en esta página espléndida es el aspecto que tiene un tipo agachado mirando fijamente el suelo ante la atenta mirada de niños, madres de niños y parejitas retozonas en un Parque público. Sin duda, me miran como si fuera un marciano. Ayer mismo, sin ir más lejos, me di cuenta de que estaba siendo atentamente observado por un grupo de tres jóvenes macarrillas que estaban en un banco, precisamente a unos cinco metros de mí que, en cunclillas, miraba el discurrir de un montón de hormigas de un hormiguero a otro, en tropel, confiando en que aparecieran las tan deseadas aladas. Uno de ellos, incluso, se me acercó a pedirme un cigarro, pero yo supe al momento que lo que pretendía era acercarse a mí y averiguar qué hostias estaba haciendo en el suelo. En fin.
Las madres de niños me los alejan. Supongo que debería afeitarme antes de hacer esto en público. Por otro lado, mi estrategia para la captura tiene un poco de todo, pero nada de ortodoxo. Compré unos sacapuntas muy curiosos en el chino, de esos que incluye su propia tapa y un compartimento para almacenar los restos. Así que, cuando veo una hormiga, lo que hago es meterla dentro a duras penas. Luego cierro la tapa y vòila. Y cuando está dentro la miro con perseverancia, tratando de averiguar, primero, si realmente es una hormiga, y segundo, si es una reina o una princesa. Leyendo sobre vuestros métodos, la verdad, me siento un poco patético, pero le pongo empeño.
VI. Primera defunción.
Mi investigación sobre las fugas cayó en saco roto, después de que las pequeñas cuatro amigas supervivientes me ignoraran y siguieran su vida tranquilamente en el hormiguero-del-chino. Mi sorpresa vino hace tres días, cuando amanecí con una de ellas agonizando, y finalmente muriendo. Sólo quedaron tres: la canija, la cabezona y una de las del cuerpo rojizo. Un días más tarde, la del cuerpo rojizo desapareció. Alucinante. La madre que las parió. En mi tristeza, convine conmigo mismo que tenía que repetir el hormiguero: si pasaba con seis, ¿qué no pasaría cuando -dios lo quiera- mi hormiguero fuese mayor?
Así que bajé al parque a las dos supervivientes, con toda mi desazón. El hormiguero lo he tirado, y ahora me afano cada tarde-noche en bajar a la plaza Olavide y buscar una reina mora que alojar en uno de mis sacapuntas. Cuando eso suceda, y sólo entonces, me embarcaré en la segunda de mis aventuras: el hormiguero cuántico.
Fin
Mi investigación sobre las fugas cayó en saco roto, después de que las pequeñas cuatro amigas supervivientes me ignoraran y siguieran su vida tranquilamente en el hormiguero-del-chino. Mi sorpresa vino hace tres días, cuando amanecí con una de ellas agonizando, y finalmente muriendo. Sólo quedaron tres: la canija, la cabezona y una de las del cuerpo rojizo. Un días más tarde, la del cuerpo rojizo desapareció. Alucinante. La madre que las parió. En mi tristeza, convine conmigo mismo que tenía que repetir el hormiguero: si pasaba con seis, ¿qué no pasaría cuando -dios lo quiera- mi hormiguero fuese mayor?
Así que bajé al parque a las dos supervivientes, con toda mi desazón. El hormiguero lo he tirado, y ahora me afano cada tarde-noche en bajar a la plaza Olavide y buscar una reina mora que alojar en uno de mis sacapuntas. Cuando eso suceda, y sólo entonces, me embarcaré en la segunda de mis aventuras: el hormiguero cuántico.
Fin
Pues estaba yo en un viaje de trabajo por Alcázar de San Juan, acudiendo a una conferencia el pasado viernes 26, a eso de las 19:30h., cuando salgo a fumarme un cigarrillo por los alrededores del Museo. Y, oh sorpresa, que veo un montón de alados repartidos por el suelo, los coches, las paredes... Como soy muy nuevo en esto, no tenía ni la más remota idea de qué tipo de hormiga y cargo tenían, y en mi ilusión, al verlas más bien grandes y con alas, pensé que eran reinas a la espera de un macho que las fecunde.
Así que me puse a coger hormigas con alegría, delante de la policía, guardándolas en mis sacapuntas.
Hasta que, paseando, de repente, vi: una PEDAZO de hormiga, como las que había cogido, pero sin alas y como tres veces más grande. Qué susto me pegué, qué cabeza, que tamaño!!! Así que deduje que lo que había estado recogiendo eran machos y esta, tan hermosa y con unos colmillos draculianos, una reina. Lo supuse. Lo sigo suponiendo.
La recogí, devolví los machos a la calle, y la resguardé conmigo durante el resto del viaje (2 días en Valencia para un congreso y regreso a Madrid). Y ahora vive en mi casa, en un tubo de plástico con agua y algodón y algo de comer, tranquilamente.
De momento está bien, o eso parece. Tuve la peregrina idea de juntarla con un macho de la misma especie y se lo comió. Así, tal cual, a cachos. Ahora le doy pan deshidratado y le daré semillas, por eso de que su alimentación sea variada. Se mueve despacio, y de vez en cuando le pongo una micro gota de agua. Cuando abro el tubo, se esconde hacia atrás, como si tuviera miedo de salir. La tengo en un cajón a oscuras, silenciosa y a buena temperatura.
A ver si sobrevive... Por lo que he leído, esta especie (messor barbarus, según las fotos) tiende a morir hasta bien crecida la colonia. todos habláis de que tenéis unas 30 o 40 hormigas reinas esperando. Y yo sólo tengo 1!!!!
A ver si salen en Madrid.
abrazos
Así que me puse a coger hormigas con alegría, delante de la policía, guardándolas en mis sacapuntas.
Hasta que, paseando, de repente, vi: una PEDAZO de hormiga, como las que había cogido, pero sin alas y como tres veces más grande. Qué susto me pegué, qué cabeza, que tamaño!!! Así que deduje que lo que había estado recogiendo eran machos y esta, tan hermosa y con unos colmillos draculianos, una reina. Lo supuse. Lo sigo suponiendo.
La recogí, devolví los machos a la calle, y la resguardé conmigo durante el resto del viaje (2 días en Valencia para un congreso y regreso a Madrid). Y ahora vive en mi casa, en un tubo de plástico con agua y algodón y algo de comer, tranquilamente.
De momento está bien, o eso parece. Tuve la peregrina idea de juntarla con un macho de la misma especie y se lo comió. Así, tal cual, a cachos. Ahora le doy pan deshidratado y le daré semillas, por eso de que su alimentación sea variada. Se mueve despacio, y de vez en cuando le pongo una micro gota de agua. Cuando abro el tubo, se esconde hacia atrás, como si tuviera miedo de salir. La tengo en un cajón a oscuras, silenciosa y a buena temperatura.
A ver si sobrevive... Por lo que he leído, esta especie (messor barbarus, según las fotos) tiende a morir hasta bien crecida la colonia. todos habláis de que tenéis unas 30 o 40 hormigas reinas esperando. Y yo sólo tengo 1!!!!
A ver si salen en Madrid.
abrazos