

Bien, os hago un pequeño resumen a partir del cual iniciar un día a día:
cuando llegaron estaban algo adormiladas, coloqué el tubo de ensayo en mi escritorio, tras algunos objetos, para que no les diera la luz y poder yo observarlas. Se pasaron la mayor parte del tiempo quietas. Les puse una gotita de agua con azucar, pero no le hicieron especial caso, algo sí que bebieron pero...
Al día siguiente no hubo más novedades, la reina empezó a recorrer el tubo de ensayo hasta la mitad y volver con sus huevos.
Al tercero nació una nueva obrera, se quedó junto a la reina todo el tiempo.
Al cuarto empecé a preocuparme de que no quisieran nada de agua y les puse un granito de azucar pequeño, pasaron de él totalmente.
Conecté el tubo de ensayo al hormiguero, pero, salvo una hormiguita que sí fue a mirar "nuevas tierras" (

Así estuvieron un día, sin comer, apenas sin moverse (simplemente desplazaban los huevos alrededor de la reina...

En esta situación creí que me había cargado el hormiguero... pero se ve que no. La reina, sin previo aviso, comenzó a descender hacia la zona de forrajeo, ante mi sorpresa.
Las otras tres obreras que estaban con ella aún en el tubo de ensayo seguían pegadas al algodón sin intención, parecía, de moverse. Retiré el tubo de ensayo con la conexión que había hecho y sellé el hormiguero, pensando: ya conseguiré que estas tres hormigas entren más tarde.
La reina se puso a corretear por la zona de forrajeo, y le pareció un buen "escondite" una de sus esquinas...en fin... las obreras la siguieron y le pusieron al lado los huevos.
Tras un rato de inactividad por parte de la reina, y de exploración por parte de las obreras del nuevo lugar, me animé a acabar de introducir a las otras tres del tubo, no querían bajar a las buenas por el sistema de inclinación que había hecho yo antes, por tanto directamente lo desmonté y golpeé el tubo de ensayo con el dedo (bueno, golpear no jaja, dar toquecitos suaves) para provocar su caída, lo cual me costó bastante, todo sea dicho, estaban bien pegadas y no quería dañarlas (sinceramente, desconozco la resistencia de una hormiga).
Finalmente acabaron cayendo al hormiguero las tres, primero una, finalmente las otras dos. Armaron un poco de revuelo, corretearon y se incorporaron a la exploración.
Dejé el hormiguero en una zona oscura de la habitación, como hago cada noche (por el día lo pongo en mi escritorio protegiéndolo de la luz y las vibraciones) y me fui a dormir.
Al día siguiente, para mi gran sorpresa e ilusión, ya habían colonizado las cámaras inferiores, habían hecho una despensa donde guardaban dos granitos de azucar, pero a los que tampoco hacían mucho caso, y a la reina la pusieron en el centro de las cámaras inferiores.
En esta buena noticia, eso sí, hay una mala: dos hormigas obreras aparecieron sumergidas en el charco de agua de debajo del hormiguero (cuya función es humedecerlo). Al principio no se me ocurría cómo narices podían haberse metido ahí, más tarde descubrí una abertura lo suficientemente ancha para ellas. La sellé con cartón y me aseguré así de que no hubiera más bajas. Un día después (hoy) sigue funcionando

Seguía yo algo intranquilo por el hecho de que no comían, me dije: no tendrán hambre...
pero si me ponía a pensar que simplemente habían mordisqueado un poquito de azúcar (y casi ni eso) desde que me había llegado hacía una semana, era obvio que algo les pasaba y que tenían que esta realmente hambrientas.
Probé con una gota de miel, nada... azucar ya ni lo intenté... compré gusanos liofilizados pero pasaban de ellos (todo esto a lo largo de la semana)
Estaba ya estrujándome los sesos ayer por la noche pensando en qué podría darles de comer que les gustará, cuando un mosquito cabroncete, de esos grandes y hermosos chupasangre, juzgó oportuno taladrar mi brazo, antes de que se posara tuve la oportunidad de golpearlo, pero erré el golpe y le dí simplemente de refilón, con lo que se quedó atontado encima del teclado.
Lo miré, pensé: oye...¿se comerán esto?
Es cierto que el mosquito equivalía a unas cuatro o cinco obreras entre largo y ancho, y que todavía estaba vivo, pero como no comían nada me dije: pues a peor no va a ir...
Así que se lo puse en la zona de forrajeo, el mosquito todavía movía las patas pero no podía volar. Una obrera solitaria que salía desde la cámara de la reina y los huevos (donde por cierto también estaban las demás) hacia la zona de forrajeo se encontró de pronto, para su sorpresa, con semejante criatura invasora, se lanzó a por él, forcejearon un poco y la cosa quedó en tablas...por poco tiempo. Llegaron como otras tres o cuatro obreras, se lanzaron a por él junto a la otra y entre todas pudieron matarlo. Lo levantaron como si nada (esto realmente me fascina, tienen una fuerza increíble...) y se lo llevaron a una cámara inferior, una que está al lado de donde está la reina y los huevos.
Eso ocurrió, como os dije, ayer. Hoy, me desperté hace como media hora, ya nada más que queda un trocito de cuerpo y alguna pata desperdigada del mosquito. Lo han devorado. Sí, tenían hambre...y sí, me temo que quieren presas vivas.
Bueno, mientras lo que pidan son mosquitos, creo que nos llevaremos bien

De momento eso es todo. Os mantengo al corriente de más novedades.
Saludos.
Edición de última hora: ya no queda mosquito. Simplemente se lo han comido todo. Patas incluidas.