Una solución para no tener problemas con la reposición del agua es esta variación del nido "tubo de ensayo":


Estas son 2 fotografías de unos de mis antiguos nidos (del 1991) y que ahora estoy "desenpolvando" de entre mi antiguo material. Les llamo también "Nidos de laboratorio" por su sencillez y efectividad. Lo aprendí del Dr. Xavier Espadaler. Son los nidos de cría que él utiliza normalmente en su laboratorio de la Universidad Autónoma de Barcelona.
De hecho, ya no es un tubo de ensayo sino un cilindro de vidrio abierto por los dos extremos. Uno taponado con algodón da al depósito de agua y el otro también se puede taponar con algodón (para mantener reinas) o abierto (para una pequeña colonia) permitiendo la salida a la cajita de plástico transparente o "mundo exterior".
En este nido es muy fácil poner más agua, sólo hay que rellenar el tubito independiente del extremo. Este pequeño depósito de agua puede durar perfectamente un año entero, si la temperatura ambiental no es muy elevada.
No son muy buenos para sacar fotos de calidad ya que el tubo de vidrio distorsiona bastante, pero suficiente para observar bajo la lupa y para hacer alguna fotografía orientativa. Su longitud ofrece un gradiente de humedad y así las hormigas se situan justo en la zona que necesitan. La cajita del "mundo exterior" tampoco ofrece una visibilidad perfecta ya que está cerrado con una tapa transparente de plástico, que tiene una microrejilla de alambre como pequeña entrada de aire. Claro que la tapa siempre se puede abrir cuando sea necesario (por ejemplo, para introducir comida).
En resumen, son fáciles de mantener, y cuando hay que tener muchos en marcha hay que ser un poco prácticos.
El material es barato. Los tubos de vidrio y plástico los venden a metros en las ferreterias importantes y también las cajitas de diferentes tamaños (aquí en Barcelona, por ejemplo, en la ferretería del Servicio Estación).
Exactamente los tubos de vidrio miden: 11 mm de diámetro exterior y 8,5 mm de diámetro interior. Normalmente los venden a piezas de a 1 metro más o menos, y te los haces cortar, o los puedes cortar tu mismo, rascándolos primero con una pequeña lima, romperlos como se rompe un vial farmacéutico (con un trapo de protección por si acaso) y una vez cortados pasarlos por el fuego para suavizar los bordes. Las junturas son trozos de manguitos de plástico transparente muy fáciles de encontrar.