
1. Los materiales que necesitaremos: 1 caja transparente (yo utilizo las de los bombones Ferrero u otras más pequeñas que venden en los chinos o todo a 100), un par de brocas para metal, del diámetro de los tubos plásticos para conectar luego con la caja de forrajeo, cinta adhesiva transparente o fixo, poliestireno expandido de un tamaño adecuado a la caja, un taladro, un embudo, un cutter y arena de grano fino de un color que favorezca a nuestras hormigas


2. Lo primero que hay que hacer es un par de orificios con el taladro para luego poder poner los tubos flexibles. Lo ideal es que los orificios sean del diámetro del tubo, así entran justos y no es necesario sellar ni nada. Los agujeros van uno en la parte superior y otro en un lateral a la altura que luego quedará la parte superior del hormiguero.
Al hacer los agujeros tened mucho cuidado pues puede rajarse el plástico. Lo mejor es terminar de hacerlos a mano.


3. Una vez hechos los agujeros se corta el trozo de poliestireno a la medida de la caja, con un cutter o cuchillo que no tenga el filo con sierra para que el corte salga limpio.
Hay que procurar que se ajuste al máximo al interior de la caja para evitar que, al menos al principio, la reina se meta por debajo del mismo ocultándose a la vista.
En la parte superior dejaremos el espacio que consideremos oportuno para lo que será el exterior del hormiguero, procurando que coincida con el agujero que hemos hecho en el lateral de la caja.
En la parte frontal del poliestireno, osea, donde irá la arena debemos calcular el corte para que al cerrar la caja el espacio resultante se adecue al género de hormiga que vamos a poner luego. Si es camponotus o messor nunca más de 1 cm, si es lasius 0,5 cm aprox. y si es pheidole ya ni te cuento… Esta es para mis Lasius Flavus, así que he dejado un espacio mínimo, como se puede apreciar.
Ajustar bien el poliestireno a la parte inferior y trasera y cerramos la caja.


4. Ahora aseguramos el cierre poniendo cinta adhesiva en todo el perímetro de unión de las 2 partes de la caja.

5. Sellamos uno de los 2 agujeros que hemos hecho con cinta adhesiva y por el otro vertemos la arena con ayuda del embudo dentro del hormiguero.
Para este menester podemos ayudarnos de un palito o un alambre, ya que la arena tiende a apelmazarse cuello del embudo y no cae bien.
Es importante calcular el volumen de arena que pondremos. Debemos rellenar el hueco entre la tapa y el poliestireno y debe sobrar un poco para la parte superior del mismo, a modo de suelo.

6. Una vez dentro la arena sellamos el agujero por el que la hemos introducido y con movimientos suaves hacemos que la arena vaya colándose en su sitio.
A veces quedan huecos a modo de galerías. Podemos optar por dejarlas o rellenarlas dando unos golpecitos al plástico por el exterior.
El proceso termina cuando ya tenemos todo el espacio entre la caja y el poliestireno relleno de arena. Como veis hemos dejado algo para la parte superior del hormiguero, a modo de suelo.


7. El siguiente paso es opcional y depende mucho del género de hormiga que vamos a introducir, de si tolera bien la humedad (como las lasius)o prefiere un terreno más bien seco (camponotus, cataglyphis...)
Con ayuda de una jeringuilla y agua humedecemos la arena en su parte superior pero sin pasarnos.
Con ello conseguimos además de dar un grado de humedad inicial, limpiar de la pared del superior del hormiguero el polvillo que ha quedado al introducir la arena.

8. Si como en este caso nos pasamos de humedad sólo hay que dejar el hormiguero con los 2 agujeros destapados un tiempo hasta que se elimina el exceso de la misma.
Además, gracias a la disposición de los agujeros, uno al lado y otro arriba, conseguimos un “efecto chimenea” que favorece la ventilación del interior del hormiguero.
Yo les administro la humedad bien mojando el algodón superior hasta que empieza a gotear o incluso con este mismo sistema, mojándo directamente la parte superior de la arena con ayuda de una jeringulla.
9. Ahora podemos ayudarnos de un alambre o palito para hacer un hueco en la arena junto al plástico (no muy profundo) y así animar a las hormigas a que lo aprovechen para iniciar en él la excavación de la colonia.
10. Y por último sólo queda conectar el tubo de ensayo al agujero lateral para que la colonia se traslade al hormiguero. Claro que si se ponen remolonas y no tenemos paciencia podemos optar por “ayudarles”, dejándolas caer por el agujero superior.
11. Ah, no olvidéis sellar los agujeros con algodón a modo de tapón, tal como lo hacemos en los tubos de ensayo.