Para ello he utilizado una caja de esas que tienen varias divisiones, en cuyas paredes he hecho agujeros para conectar unas con otras. En el fondo he puesto una fina capa de yeso que tendrá poco menos de 1 cm de grosor. La tapa tiene unos microagujeros de 1 mm aprox. de diámetro para que corra el aire. Esos mismos agujeros forman parte del sistema de humidificación del hormiguero, ya que por ellos cabe la aguja de una jeringuilla para humedecer el yeso. Como son muchos los agujeros, puedo añadir distintas cantidades de agua en cada zona, creando un gradiente de humedad. Así, si las hormigas encuentran una cámara con poca humedad, siempre habrá una de su gusto. La cámara de forrajeo está hecha por 2 compartimentos unidos, aunque aún así, me ha quedado un poco pequeña porque los tubos de ensayo pequeños que tengo entran justitos. En la parte posterior de la cámara de forrajero hay un agujero con un tubo por si en un futuro tuviera que colocar la zona de forrajeo en un recipiente independiente del hormiguero. Ahora mismo, el tubo tiene un algodón para favorecer la aireación. De momento no se ha vuelto a condensar agua en la tapa, lo que significa que el sistema de aireación funciona.
Estéticamente, me gusta más que el otro y puedo ver mejor a las hormigas. Funcionalmente también lo supera. Sólo en cuanto al tema de la limpieza, ya le gana éste al anterior. Los restos de comida sólo tengo que levantar la tapa para retirarlos. Si salen hongos y no hay manera de controlarlos, tapono las entradas a la cámara en cuestión con silicona termofusible, quito la placa de yeso con hongos, echo yeso nuevo y cuando se seque, retiro los pegotes de silicona que taponaban las entradas y ya se puede usar de nuevo la cámara, limpia de hongos.
Acabo de ver a las hormigas y parece que ya están más tranquilas. Sólo hay algunas obreras explorando el nuevo hormiguero y ya han movido uno de los granos de alpiste, aunque sigue dentro de la zona de forrajeo. En unos días intentaré molestarlas lo menos posible hasta que se adapten, cosa que parece que no les va a llevar mucho. Por último, sólo me queda decir que después de la mudanza, una cabezona llevaba una larva y luego he podido distinguir 3 o 4 huevos que en cuestión de minutos, desaparecieron del sitio, no sé adónde los habrán llevado. Os dejo unas fotillos para que llo veáis. Por supuesto, se aceptan mejoras/fallos/consejos.
Éste es el aspirador manual con el que tuve que sacarlas en plan oso hormiguero porque no querían moverse del sitio. Muy práctico, por cierto.

Y aquí el hormiguero:





Perdonad por la calidad de las imágines pero es que lo único que tenía a mano era el móvil. No sé dónde estará la cámara de vídeo.