Yo es que no las sigo, de verdad.

Situación: camponotus cruentatus (creo), reina inmensa, 6-7 obreras, algo de prole (una de las larvas da realmente susto), en un tubo de ensayo a oscuras con agua. Desde hace meses. El tubo, conectado mediante tubo flexible a un forrajeo mediano, donde tienen agua con azúcar y proteína esporádica.

Así y sin problemas desde hace mucho. El algodón del tubo está sucio pero los he visto peores. Como solo toco el forrajeo, a ellas las miro cada mucho, hasta se me olvida que están.

Y de repente, hace dos días, se mudan todas (reina y prole y las obreras) a tres o cuatro centímetros del tubo de ensayo, al tubo flexible (y a la luz). No al forrajeo, no más lejos: a un dedo y medio de donde estaban, pero a la luz. No puede ser un exceso de humedad (está el país…), más todavía porque en el tubo de ensayo el agua ha bajado estas semanas. He mirado el tubo de ensayo, no he visto nada raro, pero aún así, aprovechando que andaban despistadas, he cambiado el tubo por uno limpio en cero coma. Ni se han movido.

Y nada. Siguen en el mismo sitio, justo al inicio del tubo flexible, tan panchas. Porque sí. Al final he cedido y he tapado la parte en la que están, para que al menos la reina esté a oscuras. Mientras tanto, las obreras siguen saliendo al forrajeo como de costumbre. Es decir: no ha cambiado nada salvo una distancia extraña de sus aposentos, a la luz y en medio de otra ola de calor.

Soy incapaz de entender la (su) movida.