Cual es mi sorpresa al ir por ahí a la caza de sexuados a eso de las 7 y pico de la tarde y encontrarme con un trozo de camino de unos 20 metros cubierto de cientos y cientos de machos de Myrmica ruginodis. Las reinas venían volando, y al posarse eran rodeadas por 3 o 4 machos con intenciones aviesas

Cuando finalmente se apareaba con uno, los demás se alejaban. El apareamiento duraba un ratito nada más, y después la reina se marchaba volando, dando esquinazo como podía a los machos que se le volvían a echar encima

Al día siguiente por la mañana los machos seguían allí, refugiados a la sombra de las hierbas, y aún se veían algunas reinas, pero en escaso número. Las Formica sanguinea estaban llenando la despensa a costa de los alados de Myrmica, y por la noche ya no quedaban

Ví lo mismo, a menor escala en un par de trechos del camino más.
Unas fotos del asunto: