
Como en el anuncio de Scattergories existía el peligro de que haya que aceptar además del pulpo ( después de Paul el anuncio ya no tenía sentido) a la hormiga. Propongamos un nuevo anuncio y que se acepte hormiga como animal de compañía.

Un animal de compañía supongo que requiere de una afecto mutuo, y las hormigas no parecen muy dadas a demostrarte ese afecto. Bueno, seguro que alguien me contradice y me habla de gratas experiencias formicantes (con m, no con n mal pensados, lo admite la RAE) con su amiga la hormiga.

¿Qué extraño, verdad? La RAE admite formicante y la gente ha creado incluso chistes verdes de hormigas, como la hormiga y el elefante o las que tomaban el sol denudas en una obra porque habían oído hablar de que venía el "hormigón armado".

Bueno, salvada de la seriedad mi pregunta, cuento mi experiencia no vaya a ser que como en la película "Encuentros en la Tercera Fase"

Tengo unas colonias de Camponotus barbaricus onubensis , se distinguen de otras por su afición al Rocío, el jamón y la gamba blanca. Bromas aparte, conozco a esta especie en su medio natural desde hace años y tiene una conducta miedosa. Por ejemplo, gusta de subirse a las hierbas y arbustos a ordeñar sus áfidos; si allí las molestas, no luchan por defenderlos ni siquiera intentan atacarte, simplemente huyen como diría Chiquito el Sr. de la Calzada como "Cobarrrde". El pánico en ellas es tan grande que incluso se dejan caer al vacío en cuanto intentas cogerlas en la ramita.
Esta es mi experiencia en el mundo natural. Ahora, mi experiencia criándolas es distinta. La primera vez que una nurse se me escapó, pensé que tuve suerte al poder hacerla que se montará en un pequeño trozo de papel para devolverla con su reina. La segunda y tercera... Ahora que son grandes intento cogerlas, pero no es necesario ya que ellas solas se suben a mi mano ¿las tengo amaestradas? ¿Me reconocen?
Bueno después de tanto rollo gamberro esta es la cuestión ¿os ha pasado igual con ésta o con otra especie?
Tengo una explicación bien simple, están acostumbradas a mi olor y me reconocen.
Una vez se me fugaron tres hormigas, en mi estudio. No lo sabía hasta que un día, después de que se fregó el suelo, me las encontré las tres desorientadas buscando el rastro en una baldosa


Espero vuestra opinión, sed benevolentes con mis malos chistes.

¡Hasta luego formicantes!