La entrevista se titula "El consumidor no decide, imita", y ante la pregunta ¿Qué tienen que ver las hormigas en sus investigaciones?, responde:
Después le preguntan ¿La empresa es un hormiguero?Los instrumentos que utilicé para medir la inteligencia colectiva de las hormigas son los mismos que adopté para los humanos. En algunos contextos, el ser humano se encuentra con un número de opciones muy limitadas cuando tiene que tomar decisiones. Es como un autómata. El repertorio de los comportamientos humanos es muy pobre en determinadas condiciones. Por eso acaba imitando.
Al menos el consultor Eric Bonabeau tiene una base científica y no se parece en nada al esotérico Alex Rovira del otro dia en El País.La hormiga reina no manda sobre las demás, sólo tiene una ventaja reproductora. El trabajo del hormiguero es autoorganizado. Esto a nivel de empresa es más difícil que ocurra. En cambio, el paralelismo con el mundo animal funciona con los modelos de comportamiento colectivo. Así, por ejemplo es interesante conocer los movimientos de las manadas para aplicarlo después al estudio de los comportamientos humanos en un estadio o en los mercados bursátiles.
Nada, que las hormigas están en la cresta de la ola empresarial
(¡Ah!, si a alguien le interesa el artículo completo, le puedo mandar el pdf)